domingo, 15 de abril de 2012

HOY MI CIBER-CAÑA RESCATA A PRIMO LEVI

Buenas tardes, hoy mi ciber-caña rescata de las profundidades del ciber-espacio a Primo Levi. Un autor extraño, pero que engancha, o a mí me lo parece (quizás a los lectores más dados a otros experimentos no les agrade). En cualquier caso, su identidad híbrida siempre me sedujo y me dio que pensar (sin querer compararme con Levi, uno tb. se dedica a emborronar papeles literarios entre clase y clase, entre explicaciones de la compraventa y exámenes de Derecho Inmobiliario Registral, entre tutorías y conferencias impartidas o recibidas, entre reunión para la docencia del año próximo y reunión de la Comisión de Convalidaciones... en fin, de aquella manera).
Un abrazo,


PRIMO LEVI: LOS RELATOS DEL CENTAURO

Primo Levi es un autor muy especial: eso lo sabe cualquiera que se haya paseado por la literatura italiana del siglo XX. Cuesta clasificarle. Su libro “Si esto es un hombre” (Se questo è un uomo), novela que leen los niños italianos en las escuelas, está considerado el texto fundacional de la llamada “literatura concentracionaria”, y no es su único libro sobre el tema (recordemos La tregua, así como otros textos que vuelven sobre la cuestión, como Se non ora, quando? o I sommersi e i salvati). Levi, que volvió de los campos de concentración y lo contó, fue considerado más un testigo que un narrador o un literato, consideración que sólo vino después, con el tiempo. Cuando se entendió que esa literatura también tenía razón de ser. Literatura que, no se olvide, cultivaron autores tan heterogéneos como Semprún, Aleksandr Solzhenitsin, Shalamov y otros. Todo aquello del Lager, gulag o como se llame, ya saben, también dio buenos trabajos literarios. A Levi le resultó posible escribir después de Auschwitz (¿o bien le resultó posible escribir gracias a Auschwitz?). No es poco, pues a lo mejor, después de Auschwitz casi nada merece la pena.

Levi es un personaje que me resulta simpático porque me identifico con su relativa esquizofrenia personal, pues es muy mía también (salvando las distancias). Él siempre se consideró un híbrido, un “centauro” (vid. su relato “Quaestio de centauris”), una mezcla más o menos ensamblada en una persona menuda. Nunca un ejemplar puro, él era otra cosa y así se veía. Un químico que escribía en sus ratos libres o un escritor que vivía de su trabajo como químico. Un testigo que recordaba escribiendo o un escritor que se nutría de sus recuerdos. Un italiano turinés al que convirtieron en judío a la fuerza o un judío disfrazado de niño-bien de Turín. Siempre una cosa pero también la otra, todo mezclado y mejor o peor combinado. Bravo. Así era Primo Levi, candidato a llevarse tortas por todas partes. Levi, ese referente.

El Aleph Editores acaba de sacar en nuestro país sus cuentos completos, en edición deudora de la italiana, publicada por Einaudi en 2005 (“Tutti i racconti”), y los lectores de Levi estamos, por tanto, de enhorabuena. Se recogen en este libro los siguientes trabajos: “Historias naturales”, publicado en Italia en 1966; “Defecto de forma”, publicado en Italia en 1971 y reeditado en 1987, con una carta del autor; “El sistema periódico”, publicado en Italia en 1975, “Lilit y otros relatos”, publicado en Italia en 1981 y “Última navidad de guerra”, libro de cuentos dispersos publicado en Italia en 2000 (póstumo, por tanto, pues el lúcido Levi se había suicidado en 1987). Además, se añaden dos cuentos dispersos, como son “El fin de Marinese” y “Carne de oso”.

Qué decir de ellos que no se haya escrito ya: simplemente que el lector que pretenda encontrar campos de concentración, postguerra, etcétera, en la “línea Levi” más genuina, encontrará bastantes trabajos, pero también que los aficionados a la ciencia ficción, entendida en el mejor sentido de la expresión (¿existe el peor sentido?), quedarán también muy satisfechos, y esto puede ser más sorprendente (abundan estos relatos). Incluso se mezclan ambos planos, a veces, como en “Mariposa angelical”, y a ratos es capaz uno de revivir momentos proustituidos por el olfato, como en “Los mnemagogos” (¡qué aroma deja este cuento!).

Los que, a secas, disfrutamos de la literatura de Levi, también estamos profundamente satisfechos: ya tenemos los relatos del centauro. Ma anche in spagnolo. Totale!

2 comentarios:

  1. lo de formación de químicas y apasionado por la literatura me reulta uhmmmmmm familiar, no he leído nada de de ese Primo tan peculiar, se hace necesrio hacerlo, gracias por des-cubrir, siempre es necesario un buen amigo que levante el trapo y enseñe lo que estaba tan cubierto.

    Por cierto, estoy enfrascado en el dossier de La Vanguardia sobre Corea del Sur, ¿lo has leído?

    Abrazos compadre!

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  2. Echa un vistazo, querido Víctor, al "Sistema periódico", verás cómo le sacas partido...
    No he visto nada, echaré un vistazo, pues ahora andan las Coreas con buena agitación,
    un abrazo fuerte,
    Antonio

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