miércoles, 29 de julio de 2015

DE CAMISETAS Y TERCER MUNDO


Lo tengo muy meditado, confesado e, incluso, dejado por escrito por alguna parte: como creador (chiquito y desconocido, pero con impulso creativo) estoy encantado de vivir en el mal llamado Tercer Mundo. Como ciudadano me resulta repulsivo, pero como creador esto es un LUJO.
Ahí dejo una noticia con chispa, sobre estilismo y deporte. No suelo entrar en temas de moda que, por otra parte, salta a la vista que no me interesan. Pero este caso merece la pena.
Dicen que Mussolini recomendó a Franco, implicado en la camiseta polémica sobre la que gira la noticia, que si quería durar en su cargo no se metiera nunca ni con la Iglesia ni con la moda de las señoras. Es buen consejo para sobrevivir, aunque solamente lo sigo a medias: si tengo algún dogma existencial es que jamás se me ocurrirá entrar en conflicto con la moda de las señoras.
Buen día, y disfruten del sentido del humor creativo.
PD: para los que no conozcan el caso, aclaro que el equipo de fútbol de Jaén presenta a un jugador portugués recién fichado que aparece en la rueda de prensa con una camiseta en la que se ve al "Centinela de Occidente", que decía Galinsoga.
PD2: si alguien está tentado de aplicar la "Ley Mordaza" a esta entrada, aclaro que soy un simple mensajero (sin la creatividad necesaria para hacer esos montajes fotográficos que aparecen en la noticia). En cualquier caso no es política sana matar al mensajero, pues no puede seguir trayendo mensajes.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/deportes/los-mejores-memes-polemica-camiseta-nuno-silva-4395922

BORGES CRITICA "CIUDADANO KANE"



Qué sugerente...

http://www.openculture.com/2014/08/jorge-luis-borges-film-critic-reviews-citizen-kane.html


martes, 28 de julio de 2015

EL HOMBRE QUE LEÍA A DUMAS



Alguna vez escribí un relato titulado "El hombre que leía a Dumas". Una narración que tenía bastante de "western" con un punto filosófico existencialista, posiblemente. Además de ser un claro homenaje al gran Alejandro Dumas y "El Conde de Montecristo", libro que el protagonista leía una y otra vez.
Este relato fue galardonado con el Primer Premio en el I Certamen Internacional de Relatos “Torremocha”, organizado por Ediciones Rubeo (2010), y publicado en 2011 por dicha editorial.
Empezaba del siguiente modo (con cita del gran César González-Ruano en el frontispicio).
 





EL HOMBRE QUE LEÍA A DUMAS

 

Antonio J. Quesada

 

Esta soledad de los supervivientes me la representaba muy clara y amarga.
Porque la supervivencia no es sólo un hecho físico y vital; es también un problema
enorme y sutil del medio ambiente, de las costumbres, de los conocimientos,
e un todo moral que ha muerto y donde nosotros, cuando sobrevivimos,
somos ya como fantasmas, como desgraciados seres que hablan un idioma que
nadie comprende, porque es el idioma de los que ya no están, de los que no volvieron”
(César González-Ruano: “Memorias. Mi medio siglo se confiesa a medias”, IV, XII)

 

Los funcionarios abrieron la puerta y pude, por fin, salir.

Por fin, el sol de la mañana otra vez. Eran los primeros rayos que me acariciaban, en libertad, desde hacía muchos años. La calle me resultaba extraña. Moverme libremente, todavía, me resultaba raro.

Plantado en la acera, mirando desorientado hacia todos lados y cegado por el sol, decidí encender un cigarro. Una vez encendido, tomé mi maleta y mi ejemplar de “El Conde de Montecristo” y decidí encaminarme hacia la estación de trenes.

Es hora de volver.


 

domingo, 26 de julio de 2015

LA ROMA DE FELLINI


La he visto "cienes de veces", como aseguraba Sabina en aquel rap en que decía una "co" y la "o", pero no la tenía en casa. El otro día compré "Roma", del Maestro Fellini.
Ya sé que las películas del gran director de circo Federico Fellini no a todos entusiasman, o por lo menos aquellas en que Fellini más chapotea en sus propios demonios familiares, en las que es más director de circo, en las que Fellini se disfraza de Fellini más que nunca. Y "Roma" es de esas:  esencialmente para incondicionales, no cabe duda. Pero, para alguien de la cofradía, como yo... qué placer volver a la Roma de Fellini. Volver a Termini en tren, a cenar en la calle con camiseta interior blanca y el tram dando tumbos, a esos burdeles fellinianos tan inigualables, a esos espectáculos de variedades que tanto nos suenan en esta tierra, a la autopista bajo la lluvia con napolitanos gritones, a los monumentos, a la nobleza negra, a la música de Nino Rota, a...
En fin, que para mí volver a Roma siempre es volver a casa, pero volver a la Roma de Fellini es... como retornar al circo felliniano. Como adepto, un lujo para los sentidos.







miércoles, 22 de julio de 2015

LA LOCA



Paulina Crusat fue un personaje creativo y complejo. Juan Marsé tuvo bastante contacto con ella durante unos años, y sabe de sus virtudes y de su capacidad creativa. Como mujer encuadrada en unas coordenadas geográfico-temporales poco propicias estuvo muy mediatizada a la hora de poder desarrollar adecuadamente su obra creativa, y pese a su lucidez, le tocó montar guardia en garitas poco habitables.
A lo que voy: en cuestión de dos años perdió a sus dos hijas y se refugió en la religión (pasó de la literatura a escribir en la Hoja Parroquial; no valoro, describo), además de llevar una vida por la que sus vecinos del barrio sevillano en que vivía le habían puesto el sobrenombre de "la loca".
Era evidente su locura... Un atuendo que no se correspondía con el de una persona "normal" de la sociedad, una manera culta y refinada de hablar (sin pretenderlo, simplemente porque sí), opiniones que no eran muy frecuentes en la inculta España de barrio de principios de los setenta, leer libros en los bancos de la plaza bajo el calor propio de Sevilla, o una bolsa de tela en vez de bolso, de la que sacaba papel y pluma y escribía en plena calle, ajena al trasiego de personas y animales (no sé en qué proporción, intuyo que habría más animales que personas).
En fin... que era evidente su locura, como podemos comprobar. Esas excentricidades...
La loca.




martes, 21 de julio de 2015

MIENTRAS LLEGA LA FELICIDAD

Puedo prometer y prometo que no soy cotilla en mi vida personal. Me importa poco si fulanito anda con menganito, si zutanita habla a las espaldas de perenganito, si equis se ha liado con zeta o uve anda detrás de uve doble, seguramente porque la ve más glamourosa (por aquello de ser doble). Hay tantas cosas que quiero leer, tanto cine por ver, tanta música por escuchar e, incluso, tantos textos por escribir que no tengo tiempo (ni ganas) de saber lo que haces de la puerta para adentro. Que te vaya bien, por cierto.
Pero sí tengo un punto cotilla a la hora de devorar biografías de creadores a los que admiro (lo reconozco: no deja de tener un "punto-viejaelvisillo", pero en fin, qué le voy a hacer, a veces la carne es débil). No de estadistas, políticos, correveidiles, tontos del pueblo oficiales u oficiosos o delincuentes de diversos pelajes. No: no pierdo mi tiempo con eso. Pero no puedo negarlo: me encanta poder ubicar mejor los trabajos creativos de alguien a quien admiro. Sus cuadros, sus libros,  sus canciones, sus películas, sus poemas... Ya sé que es legítimo interpretar esos trabajos sin conocer la vida personal del creador, puede que sea incluso recomendable, pero en fin, a ratos soy así.
Y ahora ando a ver qué pasa "mientras llega la felicidad", olisqueando en el día a día del gran Juan Marsé. La biografía de Josep María Cuenca, publicada por Editorial Anagrama (empeñada siempre en hacernos algo mejores que antes de abrir sus libros) es intensa, extensa y merece la pena para conocer al gran Marsé. Hacía falta un trabajo así.
No sé lo que tardaré en terminarla, pero... estoy tan cómodo que no tengo prisa. Estoy a punto de pasar mis ´"Últimas tardes con Teresa", ¿acaso voy a querer que se acelere esto?
Bon dia a tothom / buenos días a todos.

 

viernes, 17 de julio de 2015

¿EL PACTO DE LOS MONTES?

Comienzo una colaboración con el Semanario Tribuna Andaluza. No sé qué periodicidad tendré, pero mi primer trabajo es sobre los nuevos partidos políticos, la necesidad de pactos y la cultura que ello genera. Como siempre, intento darle chispa a lo que, a lo mejor, tiene menos de la que parece en este "celtiberia show".
Pasen y vean...



¿El pacto de los montes?


Antonio J. Quesada

Conforme la vida me va llenando la cabeza de canas, e intuyo que suben el colesterol bueno, el regular y el malo, entre otras ordinarieces corporales de esas que salen en los análisis de sangre, me voy convirtiendo en más escéptico ante casi todo. A pasos agigantados, además: soy escéptico incluso con mi propio escepticismo. Todavía no he llegado al punto de pensar que lo único que hay que tomar verdaderamente en serio es la carta del restaurante, como apuntaba el mítico Jep Gambardella en “La gran belleza” mítica, pero me da la impresión de que esto puede ser una simple cuestión de tiempo (tampoco de días ni de meses, pero ya no descarto, de entrada, casi nada en la vida).
Por eso, el hecho de que parezca haber ahora más partidos políticos a los que poder votar no me parece que vaya a salvarnos la vida en esta triste piel de toro triste que llamamos España, pero también  creo que el aire fresco que introduce en el ambiente no está nada mal. Como esas lluvias que a veces nos sorprenden en pleno verano y nos fastidian un día de playa: en cualquier caso, refrescan.
Y aunque no espero regeneración inmediata posible, porque este país no tiene remedio fácil, sí me parece bueno el hecho de que haya que llegar a acuerdos aquí y allá. Que nos acostumbremos a llegar a acuerdos en la vida, no está mal eso: este país de caudillos subidos a caballo (o subidos en poni, más acorde a nuestro tamaño) necesita dejarse de rodillos y asumir que la política, como la vida, debe basarse en acordar, en transigir, en ceder en algo y lograr encontrarnos por el camino. Es buena pedagogía. No se nos olvide que hubo una época en que fueron necesarios estos pactos e incluso Aznar llegó a leer a Cernuda y a Azaña, y a hablar catalán en la intimidad.
Básicamente han aparecido a nivel estatal, como dos meteoritos, dos grandes marcas semi-nuevas, cada una con un perfil más o menos definido: en primer lugar, Ciudadanos (ex-“Ciutadans”, ahora “Ciutadans” sólo en parte), que perfecciona aquello que hiciera con gran destreza durante una época UPyD, esto es, poder ser de derechas, de centro y de izquierdas todo en uno, y que permite aparecer como conservador sin excesivo pelo de la dehesa. En segundo lugar, “Podemos”, que aglutina el descontento desde una sensibilidad de izquierda y con una tradición más asamblearia y como menos rígida y jerarquizada que la tradicional de IU, a la que come el terreno a buen ritmo.
Y hay que contar con ellos, porque, si no, no salen las cuentas. No está mal: que se pongan, todos, las pilas y se den cuenta de que las relaciones entre dos pueden ser aburridas (dijo alguien alguna vez que el matrimonio es una carga tan pesada que es necesario llevarla entre tres). Y ese bipartidismo más o menos imperfecto que teníamos incentivaba que, a pesar de las innegables sensibilidades diversas entre las dos patas de la mesa, éstas tendieran a repartirse el negocio por partes alícuotas. Ahora esto se abre. A ver…
Por tanto, es tiempo de pactos: en principio no me parece mal, pues eso de atender a la mirada del otro suele ayudar a madurar (porque transigir suele implicar cierta madurez). A ver qué pasa: si todo cambia para que todo cambie, si todo cambia para que todo siga igual (como apuntara Lampedusa en su tan citado Gatopardo), si nada cambia para que aparentemente todo cambie, o si nada cambia para que nada cambie.
En cualquier caso, teniendo en cuenta la mediocridad y la envidia consustanciales a este país, puede que la cosa esta de los pactos termine, al final, en el pacto de los montes: en cualquier caso, de tirarnos al monte para defender nuestras “caenas”, frente a una Ilustración modernizadora impuesta desde fuera, sabemos mucho en este país.
Quiero pensar que no será así, aunque no sé si tengo motivos para ello. En fin, quiero pensar, con Jaime Gil de Biedma, “que nuestro mal gobierno / es un vulgar negocio de los hombres / y no una metafísica”.

 http://www.opinion.tribunandaluza.es/el-pacto-de-los-montes.html

miércoles, 15 de julio de 2015

Extracción de la piedra de la locura (un poema inédito para un libro colectivo)




Extracción de la piedra de la locura
Han internado
en un centro psiquiátrico
a un tal Napoleón Bonaparte.
Pobre hombre:
se creía
Napoleón Bonaparte.
(Poema inédito, Antonio J. Quesada)

lunes, 13 de julio de 2015

FÊTE NATIONALE FRANÇAISE

Hoy es 14 de julio, la "Fête nationale française". No soy dado a patriotismos, banderas ni demás engañifas del espíritu, prefiero otras ficciones (por eso, la creación), pero tampoco las critico: cada uno se envenena con lo que más le gusta. Somos adultos, ¿verdad?
Pero hay un único derroche patriótico que me permito sin Omeprazol: la Marsellesa. Los afrancesados (ser afrancesado en este país es una de las condiciones más respetables que se pueden ostentar aquí) asociamos esta música con muchos sueños rotos y muchos avances más o menos frustrados o retardados en la Historia, y solemos emocionarnos con esta melodía. Ya sé, ya sé, saldrá la voz de mi conciencia (¡anda, todavía tengo conciencia!): que si la letra del himno, que si Argelia, que si Vichy, que si... Sí, ya sé, ya sé: pero si la cabeza razona (o debiera razonar), el corazón siente, y no pienso ponerle rejas al corazón, bastantes tiene ya mi sucedáneo de cerebro.
Por ejemplo, me cuesta llegar sin lágrimas a esa parte de Casablanca en que La Marsellesa ahoga no sé qué canto alemán.
Donc, aujourd'hui, mes amis, Vive la France!