martes, 21 de julio de 2015

MIENTRAS LLEGA LA FELICIDAD

Puedo prometer y prometo que no soy cotilla en mi vida personal. Me importa poco si fulanito anda con menganito, si zutanita habla a las espaldas de perenganito, si equis se ha liado con zeta o uve anda detrás de uve doble, seguramente porque la ve más glamourosa (por aquello de ser doble). Hay tantas cosas que quiero leer, tanto cine por ver, tanta música por escuchar e, incluso, tantos textos por escribir que no tengo tiempo (ni ganas) de saber lo que haces de la puerta para adentro. Que te vaya bien, por cierto.
Pero sí tengo un punto cotilla a la hora de devorar biografías de creadores a los que admiro (lo reconozco: no deja de tener un "punto-viejaelvisillo", pero en fin, qué le voy a hacer, a veces la carne es débil). No de estadistas, políticos, correveidiles, tontos del pueblo oficiales u oficiosos o delincuentes de diversos pelajes. No: no pierdo mi tiempo con eso. Pero no puedo negarlo: me encanta poder ubicar mejor los trabajos creativos de alguien a quien admiro. Sus cuadros, sus libros,  sus canciones, sus películas, sus poemas... Ya sé que es legítimo interpretar esos trabajos sin conocer la vida personal del creador, puede que sea incluso recomendable, pero en fin, a ratos soy así.
Y ahora ando a ver qué pasa "mientras llega la felicidad", olisqueando en el día a día del gran Juan Marsé. La biografía de Josep María Cuenca, publicada por Editorial Anagrama (empeñada siempre en hacernos algo mejores que antes de abrir sus libros) es intensa, extensa y merece la pena para conocer al gran Marsé. Hacía falta un trabajo así.
No sé lo que tardaré en terminarla, pero... estoy tan cómodo que no tengo prisa. Estoy a punto de pasar mis ´"Últimas tardes con Teresa", ¿acaso voy a querer que se acelere esto?
Bon dia a tothom / buenos días a todos.

 

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