jueves, 12 de septiembre de 2013

LA VÍA CATALANA, VISTA POR JUAN DE MAIRENA

Acostumbrado a meter el dedo en el ojo, el gran Juan de Mairena se pronuncia sobre lo que vio ayer en Catalunya. Evidentemente, hará enemigos en todos los bandos...

7 comentarios:

  1. A LOS "ENCADENADOS" DE AYER:

    1- El patriotismo suele ser el último refugio de los canallas. Ya lo dijo alguien, y lo traigo a colación por si acaso. Cuidado con envolverse en banderas, esos trapos de colores que todo lo tapan, en ocasiones. Incluso las corruptelas.

    2- Quien crea que Madrid manda en el cotarro está muy equivocado. Las órdenes vienen de fuera, y no del ámbito político. La independencia no existe, se sea o no Estado.

    3- Después de la independencia no tocaremos a cien vírgenes por cabeza, ni se sanarán las enfermedades incurables o manará miel de las fuentes. No esperemos nada de esto, ni a la Forcades en un caballo blanco por mi adorada Plana de Vic.

    4- Aunque se lleva bastante razón en muchos datos económicos, la lectura en sentido unilateral suele liar, más que aclarar.

    5- Que debate identitario coincida con macro-crisis económica es una coincidencia curiosa. ¿Se saldrá de la crisis con la independencia? Lo dudo...

    6- No me gusta el concepto de nación, sino el de Estado, que puedo definir jurídicamente. El otro es un concepto político y tiene mucho de romántico. Y en temas de sentimientos... mejor no meterse.

    7- El nacionalismo suele empobrecer al que lo vive: cuando se prefiere adornar el balcón con una bandera (la que sea) en vez de con macetas, escuchar himnos antes que melodías, incidir en lo que separa antes de en lo que une, y estar todo el día hablando de una cosa puramente administrativa, como si fuese metafísica... algo puede ir mal.

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    1. Por cierto, los balcones también se pueden adornar con objetos artísticos, no sólo con macetas (que pueden venir hormigas).
      Pero una bandera... Mare de Deu! Això no m'agrada.

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  2. A LOS DEFENSORES DE LA UNIDAD DE LA PATRIA:

    1- Se ha dado el abrazo del oso a la patria, de tanto abrazarla. España, ese experimento que podía ser enriquecedor, es mucho más que Castilla y michelines. ¿Por qué empobrecerla, reduciéndola a eso? La escasa sensibilidad hacia otras lenguas estatales y otras culturas estatales nos empobrece a todos. España no es un cortijo monolítico vigilado por la Guardia Civil.

    2- No cabe duda de que no se tiene sensibilidad general hacia territorios con entidad propia, y esto empobrece. Nacionalidades, naciones o lo que sean... no sienta bien dar de lado a esa riqueza propia.

    3- En Catalunya una buena parte de la población expresa una idea que habrá que valorar, guste o no. La ley está para servir al hombre, no al revés, y una ley no puede encadenar eternamente.

    4- No es coherente criticar el nacionalismo periférico y practicar el nacionalismo centralista. No se critica el nacionalismo, en tal caso, sino el nacionalismo que me toca las fosas nasales... Malo.

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    1. Todo esto genera reacción en el territorio perjudicado. Es lógico.

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    2. Por cada defensor de la Patria que se explaya aquí y allá de modo exagerado nacen varios independentistas. No sé si tendrán razón, pero... tienen razones.

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  3. A AMBOS BANDOS:

    1- No me dislocan los derechos de los colectivos, sino los de las personas individualmente consideradas.

    2- Es cuando menos atrevido hablar en nombre de colectivos tan extensos, casi tanto como hablar en nombre de un Dios.

    3- No creo a Nadie. Es una pena que incluso las más nobles ideas puedan ser prostituidas.

    4- No me gusta mezclar a niños con dioses, banderas, himnos y demás cacharrería patriótica. No están en edad...

    5- Si logré dar que pensar, indignar, agradar, pero no dejar indiferente... fenomenal. Es un primer paso.

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  4. Mi Juan de Mairena propio no sabe de fronteras: es de donde disfrutó o amó alguna vez (esté lejos o cerca), ahí está su patria (ahí y en la adolescencia), y la única bandera que mira con cierta simpatía es la bandera pirata. Es extranjero en todas partes, incluso en su ciudad natal, y le encantan las ciudades en las que todo parece más extranjero, como las que dibujó Ingmar Bergman en más de una ocasión.
    Le duele como propio cualquier ataque a la riqueza pluricultural del Estado y de cualquier Estado, porque mientras Pla, Biedma, Barral, los hermanos Goytisolo (casi tantos como los Karamazov) o Vázquez Montalbán son parte de él (como Kadaré, Sartre, Camus, Kundera, Kafka, Vargas Llosa o quien sea), Pemán es extranjero en este alma semi-ilustrada (a pesar de lo que diga Canal Sur, la nuestra, de unos más que de otros). Le duelen las inexactitudes que escucha pronunciar en todos los bandos, i també parla una mica de català, pero encara vull millorar. Seguirá disfrutando del APM i de la ciutat de Vic sea aquello España, Catalunya, Laponia o una provincia china, que es lo que somos, posiblemente.
    Y piensa que para engrandecer una lengua (castellano, catalán, euskera, galego, italiano, francés...), siempre es mejor un poema o una narración antes que una pintada en la pared o una consigna política.
    Y como es muy educado, recupera su sombrero y su bastón antes de irse, algo intimidado por la cantidad de gente a la que ha crispado con esta entrada.
    Pero debía ser honesto.

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