sábado, 8 de noviembre de 2014

"PODEMOS" Y EL "GUERNICA" DE PICASSO

Envié este arrebato columnístico a un Diario malagueño hace ya cierto tiempo, varias lunas, quizás. Pero entre que se publica, que no se publica o que todo-lo-contrario-pase-y-mire-este-muestrario, cada una de estas posturas sostenida sobre sólidas justificaciones literario-periodísticas, decido incluirlo en mi blog.
Porque te quiero, Antonio, y tienes mis exclusivas, pues te miro como a nadie. Porque eres mi lector más inmediato. Porque qué haría yo sin ti. En fin, no es que me adore (me miro al espejo por las mañanas y medito sobre mi día antes de dormir), pero... llevo ya tantos años conmigo a cuestas que he llegado a tomarme cierto cariño. Me regalo la exclusiva, por tanto.
Por cierto, si lo leen en papel en alguna cafetería (no importa que lo manchen de café o chocolate: estas cosas suelen ser papel mojado desde el principio), les ruego que me den noticia de que se publicó.


“PODEMOS” Y EL “GUERNICA” DE PICASSO

Antonio J. Quesada

Me pregunta un amigo que yo qué opino de “Podemos”. Un amigo indiscreto, no cabe duda, pero ante todo negligente: como buen amigo, sabe que el último político que me interesó fue André Malraux, y no por sus virtudes políticas, precisamente (bueno, también me interesó bastante su equivalente español, Jorge Semprún, “ex-Federico Sánchez”).
Me pregunta mi amigo por este tema, que se ve que importa mucho a la gente y a los opinadores profesionales en estos días, y no sé qué decirle. Cuando pongo a trabajar el sucedáneo de cerebro que debo tener por algún recoveco de la cabeza me viene a la mente aquella conocida anécdota atribuida a Pablo Picasso, sucedida durante la ocupación alemana de París. Dicen que fue citado por la Gestapo y, en comisaría, le enseñaron una reproducción del inmortal “Guernica”. “Esto lo ha hecho usted”, espetaron con modos cuarteleros, a lo que el genio franco-catalán de la Plaza de la Merced (que siempre tuvo mucho de gitano del barrio de Lagunillas, una de esas cosas maravillosas que se pueden ser en la vida), respondió “no, eso lo han hecho ustedes”. Sublime, aunque autores revisionistas pongan en duda esa autoría del bombardeo: Guernica fue bombardeada por los propios habitantes, algo que tiene toda la lógica del mundo, mientras los alemanes, que estaban como de Erasmus en las trincheras, cantaban Lili Marleen y se comían con la mirada a los sucedáneos de Carmen de España que encontraban a su paso (que era esa que tenían delante, “y no la de Mérimée / y no la de Mérimée”). Ni esa puesta en duda de los piomoas y otros mariachis hace perder calidad literaria a la anécdota.
“Podemos” aparece en el firmamento político ante la podredumbre y la esclerosis política de los partidos y prohombres de todas las tendencias canónicas habidas y por haber, y ahí hace fortuna clarísima. Tiene campo, además: los políticos canónicos creyeron que todo este monte era orégano y, además, que en el monte de al lado también era suyo el orégano. La irrupción de “Podemos” me parece positiva: que las grandes cabezas canónicas se pongan las pilas, si es que hay grandes cabezas, si es que interesa y si es que quedan pilas por alguna parte. Cuando nació UPyD sucedió algo parecido, con la diferencia de que UPyD te permite además el milagro metafísico de ser de derechas, de centro y de izquierdas a la vez. Vamos, lo que en música podría ser escuchar con placer a José Luis Perales, Extremoduro, Julio Iglesias, Kortatu y Aznavour sin solución de continuidad y no morir por el camino. “Podemos” no necesita hacer campaña: si yo fuese Pablo Iglesias, algo que no entra en mis planes al menos a corto plazo, durante la campaña electoral compraría una botella de Grand Marnier (hoy se encuentra incluso en los supermercados, a menos de veintidós euros) y me sentaría a que PP-PSOE-IU y demás sectas del lugar dijeran sus cositas en los aquelarres mitineros de costumbre, mientras yo degusto el néctar escuchando a Pachelbel y mirando al mar (algunos de los mayores placeres que conozco). Así, además, evito tener que prometer cosas que son difícilmente realizables, y dejo que los prohombres se hundan en su propio fango.  Es lo que, desde la campaña napoleónica de Rusia, y sobre todo desde “Guerra y Paz”, se ha conocido como táctica Kutúzov: dejar que el enemigo se derrote solo, dejar que se adentre en el territorio de la Santa Rusia, que ya el frío lo devorará sin tener que pegar nosotros un tiro. Jamás hay verdugo más realizado que el que logra que quien va a ser ahorcado se anude la soga él mismo.
Y se lo están poniendo tan fácil… Que espabilen, o estos profesores de la Complu les comen la merienda.
Me pregunta un amigo que yo qué opino de “Podemos”. Un amigo indiscreto, no cabe duda, pero ante todo negligente: como buen amigo, sabe que el último político que me interesó fue André Malraux, y no por sus virtudes políticas, precisamente (bueno, también me interesó bastante su equivalente español, Jorge Semprún, “ex-Federico Sánchez”).
Me pregunta mi amigo por este tema, que se ve que importa mucho a la gente y a los opinadores profesionales en estos días, y no sé qué decirle. Y por eso me pongo a escribir un texto que titulo “”Podemos” y el “Guernica” de Picasso”.

8 comentarios:

  1. Muy bien explicado, sí señor. Buen fin de semana Antonio.

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  2. Gracias, querida Anabel, se hizo lo que se pudo. Pasando a cosas serias... no descartes el Marnier, jejeje
    Muchos besos, buen fin de semana y... gracias, siempre, por pasar por aquí.

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  3. ¡Qué bien traida la anécdota de Picasso! Yo espero que Podemos pinten algo que añada valor a la devastación. Sería bueno para todos. Gracias, Antonio.

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  4. Gracias a ti, Sebastián. Por dedicarnos este ratito. A ver qué pasa con la política, y... de todas formas, de las músicas que cito, me quedo con Aznavour, a ver si nos acompaña muchos años más.
    Un abrazo fuerte,

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  5. Un texto admirable, Antonio. ¡Qué habilidad para contar las cosas desde otra perspectiva! Solo había leído algo parecido, y con parecido me refiero al hecho de desprenderte de las estructuras consabidas del periodismo de opinión, en un breve artículo de David Torres. Pero ni de lejos alcanza el talento del tuyo. José Luis Alvite, Alcántara, Torres, Millás... y ahora tus quesadianos artículos, serán mis pasas y pistachos para acompañar el té de las mañanas.

    Un sincero abrazo,

    Manuel

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  6. Por Dios, Manuel, ¡qué vértigo me produce leerte! Citas a tantos textos sagrados para mí que... te doy un abrazo muy fuerte pero muy ruborizado. GRACIAS por estar cerca, amigo. Un abrazo muy fuerte!

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  7. Como siempre admirable Antonio. Un abrazo y ya nos veremos en el camino hacia el curro.

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  8. Gracias, querida Teresa-querido Francis, por tu cariño y tu mensaje. Seguro que nos vemos en nuestro 22 del alma, jeje, Un abrazo fuerte!

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