viernes, 5 de diciembre de 2014

LA GRANDE BELLEZZA DI PAOLO SORRENTINO

El otro día vi (y remiré) "La grande bellezza", de Paolo Sorrentino. Era una de mis múltiples lagunas cinematográficas, aunque ésta muy consciente (tenía que resolverla, pero en su momento). Múltiples razones me inducían a pensar que la película me iba a encantar: el director me parece muy grande (alguien capaz de montar un espectáculo de música, fotografía, amor a Roma, ritmo cinematográfico y color con la vida de Giulio Andreotti es capaz de todo); el tema me interesaba (un creador que se replantea todo: el proceso creativo, la actividad laboral gastronómica, la propia existencia...); el escenario es para mí incomparable (Roma, la città più bella del mondo, secondo me), y personas de la mayor fiabilidad para mí en cuestiones creativas avalaban la bondad de la película.
Dicho y hecho. Apabullante. Para un creador, sugerente. Para un amante de Roma, imprescindible. Para un bon vivant, interesante y ejemplar. El archi-citado homenaje a Fellini, muy presente (enfoques con la cámara, lugares, personajes, temas, incluso), pero, como hablaba con mi cómplice Carlos (colega pero amigo: milagroso), es un homenaje a Fellini con una profundidad más bien "antonioniana" (pese a "Otto e mezzo", pese a "La dolce vita", pese a "Las tentaciones del Doctor Antonio", pese a "Ginger y Fred", pese a todo eso, bajo los fuegos artificiales y la capa de cinismo y frivolidad se vislumbra un espíritu más profundo, más atormentado, más de Antonioni que de Fellini).
En cualquier caso... magistral.
Sé de gente que querría conocer a no sé qué político, a no sé cuál empresario, a aquella modelo, a aquel presentador de televisión... Yo confieso que quiero conocer a ese director genial llamado Paolo Sorrentino. Lo que me ha dado es impagable, y está vivo y coleando, no como mis habituales vacas sagradas (mi pesebre de personajes admirados es el Monte de las Ánimas). Si algún espíritu caritativo me puede ayudar en esta tarea ("pequeño Nicolás" incluido: pongo toda la carne en el asador, merece la pena...), le agradeceré que me eche una mano. Y si no es al cuello, mejor.
Feliz jueves. Ya queda menos para el viernes.

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