lunes, 10 de marzo de 2014

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN Y LOS SIETE ENANITOS

Ayer, domingo 9 de marzo, el Diario "Sur" publicó mi trabajo titulado "Manuel Vázquez Montalbán y los siete enanitos", algo que agradezco enormemente.
Lo inserto aquí, por si os apetece leerlo,
un abrazo,

Manuel Vázquez Montalbán y los siete enanitos

Antonio J. Quesada

No hace mucho hemos recordado el décimo aniversario de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán (MVM). Muerte sucedida en Bangkok, casi extraída de una novela de Carvalho, en octubre de 2003. ¿Qué me atrae de MVM, de ese creador poliédrico que bajo bastantes capas escondía a un poeta, un rebelde y un sentimental? Una vez escribió la biografía de Dolores Ibárruri, y la tituló “Pasionaria y los siete enanitos”, porque era como una Blancanieves que se adentraba en un mundo boscoso masculino y era acechada y conformada por siete circunstancias o peligros. Utilizaré idéntica metodología para aproximarme a MVM, a las distintas facetas de su personalidad.
(...)
 (CONTINÚA EN COMENTARIO)

3 comentarios:

  1. (...)

    MVM poeta. La más vertebradora de sus circunstancias: MVM era ante todo un poeta. Poeta que luego se travistió de mil otras condiciones, posiblemente porque hay que sobrevivir y/o gozar estéticamente y porque la pasión por transmitir puede exceder de la poesía. Ante todo, su acercamiento al mundo y su modo de mirar la vida eran los de un poeta. Fue uno de los “nueve novísimos” de Castellet, y sus influencias van desde T. S. Eliot a Concha Piquer, pasando por la triste realidad que nos embarga a todos en todo momento. Aunque tenga versos sublimes, personalmente me encandila “Praga”, libro en el que describe perfectamente su nacimiento: “no escogí nacer entre vosotros / … / nací en la cola del ejército huido / me quedé a la luz del centinela / y os pedí prestados aire y agua / en barrios que os sobraban”. MVM: ante todo, poeta.

    MVM novelista y narrador. El enanito más conocido, posiblemente. Tanto por sus trabajos de la serie Carvalho (una radiografía de este país; sería largo detallar) como por otras novelas (“El pianista”, obra maestra por tantas razones; “Los alegres muchachos de Atzavara”, muy gauche divine; la soberbia “Galíndez”; la mestiza “Autobiografía del General Franco”; la introspectiva “El estrangulador” o la fascinante “Erec y Enide”). MVM novelista: la faceta que le permitió vivir con eso de escribir y comprar tiempo. Por otra parte, sus libros de relatos implican otro modo distinto de entender el arte de narrar. Imprescindibles. “Pigmalión” y tantos otros, algunos ahora rescatados.

    MVM periodista. Le permitió la manutención durante bastante tiempo, y luego ya fue incapaz de dejarlo, porque la columna y la noticia son drogas que enganchan. En bastantes revistas y con bastantes pseudónimos, MVM dio mucho y bueno. A veces mezcló sus tareas periodística y literaria y se convirtió en un peculiar ensayista, con trabajos que son referentes en el ámbito de la comunicación o excelentes textos políticos sobre la transición española, los tiempos del PSOE, Fidel y Cuba, el Subcomandante Marcos, etc. Son ensayos que pueden seguir siendo leídos, pues los escribió un poeta.

    MVM político. Hijo y esposo de personas con compromiso político claro, fue preso por cuestión de ideas en tiempos del “Centinela de Occidente”, y eso le marcaría para siempre: un preso político jamás puede soportar el terrorismo de Estado. Siempre se pronunció a favor de las libertades, de una Catalunya abierta y de un especial comunismo. Quiso ser fiel al militante de base y, en su caso, apagar la luz del PSUC.
    MVM gourmet. Enanito sabroso: cocinar y disfrutar de la buena mesa eran una pasión. Cocinaba al alba, y su alter ego Bolín también. Al Subcomandante le puso los dientes largos demasiadas veces. Sus cenizas descansan en Cala Montjoi, junto al Bulli.

    MVM culé. Estudioso del fútbol como religión en busca de dioses, se hizo culé porque creció con un calendario en el que un barcelonista driblaba a un “periquito” con gran estilo. Inevitable: se hizo culé por cuestiones estéticas que acabaron siendo éticas, las que más peso tienen. Siempre soñé con ir al Camp Nou con él y con Serrat.

    MVM: imprescindible.

    ResponderEliminar
  2. No se que decir ,pero quiero que suene aplauso ,aplauso muy prolongado.
    Identifica pronto a Cenicienta....
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Abrazos fuertes, querida amiga. Gracias por compartir estas complicidades montalbanianas, ¡qué lujo!

    ResponderEliminar