sábado, 23 de enero de 2016

EL C(I)ELO DE CELA

Este año se cumplen cien años del nacimiento de Camilo José Cela ("Comer, Joder y Caminar"). Para mayo o así, creo. Como esto va como va, ahora nos tocará leer sobre CJC por aquí y por allá, aunque creo que lo provechoso en realidad es leer a CJC.
Sé que esto que voy a decir es polémico: para mí CJC es un grande, como escritor. Alguien con elevada calidad de página que escribió varias obras maestras y bastantes otras excelentes obras (bastantes más de las que se piensa), y que, pudiendo haberse quedado en repetir lo mismo, pues le funcionaba, siempre intentó innovar, con mejor o peor fortuna. Lo del artículo no le salía demasiado, pero bueno (ABC, que cuida a su gente, le mantenía inasequible al desaliento). En el fondo lo que más me gusta de él son las anécdotas de sus textos, más que las tramas, y que era un "cazador de iberismos", como le calificara Ortega alguna vez.
En mi panteón personal no llega al nivel de Umbral (otro polémico) o de Vázquez Montalbán, por ejemplo, pero mi panteón personal supongo que importa muy poco a nadie (un servidor, ya lo tengo muy dicho, no deja de ser "un particular", como aseguraba Sabina del Papa; "uno que escribe", que hubiese dicho un italiano).
¿Que el personaje podía ser desagradable, "Camulo", más que Camilo? Sin duda. Incluso irritante o miserable, en algún momento, sí.
¿Que tiene puntos oscuros en su biografía? Sin duda. Todo el mundo los tiene, aunque los de CJC puedan ser especialmente oscuros en algún caso. Sin duda.
¿Que durante toda su vida hizo oposiciones a Nobel y al final las sacó? Sin duda: preparó bien el temario, pues además de escribir también sabía moverse. También conozco a quien prepara esas oposiciones y no saca plaza, o quien piensa que ha tomado posesión de ella y va por la vida de eso, aunque nunca fuese a Estocolmo a darle la mano a un rey. De todo hay en la viña del Señor.
En fin, que oiremos mucho sobre CJC este año. Lo suyo, en realidad, es leerle.


 

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