jueves, 18 de agosto de 2011

CAMBIO DE RUMBO (¿UN VIEJO RELATO?)

Buceando por mi disco duro, con mis gafas, el tubo y las aletas, he encontrado este microrrelato que escribí alguna vez para algún concurso (el formato canta, no me acuerdo pero debe ser así). Hastío, soledad, incomprensión, mis temas predilectos, condensados en unas líneas. Respecto del concurso, como sucede con la protagonista de la película, se lo acabó llevando otro, pues de lo contrario me acordaría (siempre me sentí Rick en "Casablanca"; es más real de lo que pueda parecer). Seguramente, era lo mejor.


CAMBIO DE RUMBO

Era necesario moverse: no podía seguir así por más tiempo. Por todo, el cambio de rumbo se convirtió en imprescindible. Mi trabajo iba a acabar matándome de aburrimiento y mi falta de motivación era ya demasiado evidente. Los odios de mis compañeros también me estaban minando, y aquello tampoco era justo. Debo reconocerlo, y no me resulta fácil: equivoqué mi camino profesional. Hoy lo veo claro, por primera vez, aunque jamás quise admitirlo: cuando acepté este trabajo, en vez de valorar con más detenimiento las otras posibilidades que se abrían ante mí, erré. No sé por qué acepté la seguridad tristona que se me venía encima, sacrificando ofertas menos seguras pero más sugerentes. Hasta aquí llegué: acabo de abandonar mi empleo. No sé a dónde voy, pero sí sé a dónde no vuelvo. En fin, hoy comienza el resto de mi vida.

13 comentarios:

  1. Pues yo… cada vez que la vuelvo a ver, me agarro a mi cojín (el que comprende que derrame lagrimas por estas cosas… ya sabes…) y espero ansiosa que no se suba a ese avión, pero Ilsa me la vuelve a jugar… en ese momento pasan por mi cabeza mil cosas, intento recomponerme (no es instantáneo) y pienso que la próxima vez Ilsa me escuchará…la esperanza nunca se pierde…¿o llegará un día en el que desde el principio sepa que se subirá al avión? si sucede será terrible porque no estaré motivada para volver a darle al play y me perderé momentos tan gloriosos como: “Este revólver apunta a tu corazón”… “Es mi punto menos vulnerable”…
    Rick también cambió de rumbo…
    ¿Qué le trajo a Casablanca?
    Vine a Casablanca por el agua
    ¿Qué agua? Estamos en el desierto
    Me informaron mal.
    Todos, perdón, las mentes inquietas (que casi siempre van aderezadas con tus temas predilectos…) nos damos cuenta conforme crecemos (o evolucionamos... no sé) que necesitamos un cambio de rumbo, que quizá antes no era tan evidente por no tener la experiencia necesaria para darnos cuenta de ello. Por si acaso, tengamos preparados los salvoconductos para poder utilizarlos en cualquier momento, nuestro momento (pero… ojo!!, sin dar lugar a que caduquen).

    Mientras, Rick sigue mostrándote, París sigue estando ahí (en presente) y a mi me encanta darle al play.

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  2. ¡Ay de los salvoconductos que caducan! ¡Ay del play que no obedece! ¡Ay de los que siempre quisimos que la vida nos pusiera en la tesitura de poder pronunciar alguna frase redonda de "Casablanca"! Pero la vida no estaba a la altura de nuestros sueños...

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  3. ¡Ay pena, penita, pena! (pero con la voz de Antonio Vega que me estremece más…)

    ¿Y si rescatamos aquella frase tan desgastada y poco sutil…? A ver si recuerdo… creo que dice… “Nunca es tarde si la dicha es…” , no recuerdo el final, en fin.
    Habrá que seguir dándole oportunidades a la vida y sobretodo… seguir soñando...

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  4. Sí que es cierto, hay que ser positivos y... realmente tampoco nos queda otra. Al fin y al cabo, podemos decir con Caballero Bonald que somos el tiempo que nos queda. Y habrá que aprovechar lo mejor que se pueda ese recreo entre dos nadas que es la vida (algo así escribí, por algún poema perdido, que era la vida: qué presuntuoso, hacer esas aseveraciones...).
    Por otra parte, ¿siempre nos quedará París, o incluso París nos la pueden quitar?

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  5. Creo que depende únicamente de nosotros. Somos los que decidimos blindar París o no, porque es nuestra más íntima recreación de sentimientos. Si somos capaces de sentir de una forma tan intensa… ¿La expondríamos?
    París es lo que nos invita a vivir…, tanto si ya la tuvimos, como si la esperamos…

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  6. Sí, puede ser. Ese Tiffany, ideal para nuestros días rojos, no debe fallarnos nunca. En nuestras manos está (y ahora, que suene la deliciosa música de Henry Mancini, por favor: http://www.youtube.com/watch?v=BOByH_iOn88).
    Ahora sí...

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  7. ¿No será que en el fondo os divierte la melancolia?

    Umberto

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  8. ¡Ay, Umberto! Ojalá fuera una pose, ojalá... Reconozco que es una pose sugerente y como muy intelectual, que se hace quedar bien, pero... si tú supieras... en fin.
    GRACIAS por visitar este vecindario, amigo Umberto, espero que sigas visitándonos,

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  9. La melancolía nunca es una pose. Aunque puede que Umberto tenga algo de razón… Garcilaso ya hablaba del placer del llanto por la felicidad perdida. Y a mi (el Señor me perdone)… me gusta París y mis días rojos.

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  10. GRACIAS por tu respuesta y bienvenida. Os seguiré visitando, tanto tú como tus vecinos me pareceis personas muy interesantes. Un bello lugar de encuentro.
    Umberto

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  11. GRACIAS a ti, amigo Umberto, por visitarnos, confío en que sigamos siendo una comunidad de vecinos donde se debata y aprendamos tod@s,
    un abrazo

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  12. Siempre necesitamos la melancolía, la añoranza de aquello que no hemos vivido, para seguir adelante. Pero una vez en ese lugar, ¿que hacemos? tendremos que buscar otro ¿no? Siempre huyendo como fugitivos. Ya decía un amigo en una de sus canicones: "Si hubiera un lugar al que huir, sin duda lo buscaría; si huyo buscando un lugar, se que jamás lo encontraré"
    Huyamos, sí, habrá momentos en los que lo necesitemos, pero seamos conscientes de que tras una huida, vendrá otra... Al fin y al cabo queremos huir de nosotros mismos, no de un lugar o situación, y lo que vivimos más intensamente son esos periodos de ensoñación. Yo tampoco lo veo ni lo siento como pose.

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