martes, 2 de agosto de 2011

LA INSOPORTABLE SOLEDAD DE ELSA MORANTE

Cuenta Alberto Moravia ("Vita di Moravia": imprescindible, Bompiani ha fatto edizione nel 2007) que cuando conoció a Elsa Morante "vivía sola y moría literalmente de hambre. Y también de soledad: para escuchar una voz humana marcaba el número de teléfono que daba la hora".
Me recuerda algo que escuché en algún sitio, sobre alguien que preguntaba a otro si no tenía reloj de pared. "Con lo que acompaña", añadía.
Hay muchos tipos de soledad, posiblemente la más travestida es la que existe en compañía.
¿Todas las soledades la soledad?

3 comentarios:

  1. Siempre estaremos solos. Nunca podremos traspasar ideas, lo que realmente sentimos en un momento determinado, cómo percibimos el exterior con nuestros sentidos (ya sea un sabor, un sonido, un olor, un paisaje...), a otro ser con la claridad e intensidad que habita en nuestro interior. Lo que lo hace más palpable: el arte. Sin embargo, éste es tan susceptible, que cada uno le puede dar su significado. ¿Es posible que un sentimiento determinado en una persona, sea diferente en otra y por eso tiene otras interpretaciones? ¿que lo que en mi interior es risa para otro es llanto?

    Mejor pensar que la compañia nos hace estar realmente acompañados... Que al menos quien está a nuestro lado, si sinte afecto o amor, intenta comprendernos y que ese intento sea suficiente para dejar a Soledad con sus cosas.

    Un abrazo Antonio

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  2. En algún sitio escribí (¿o lo leí por alguna parte?) que somos islas sin posibilidad de formar un archipiélago (también he dejado por ahí que no sólo nos vamos de noche y solos, sino que también vivimos así).
    Estoy de acuerdo con eso, pero... ¡qué bienintencionado es pensar que uno más uno puede sumar dos!
    un abrazo, Dani, gracias por visitar este vecindario cuasi-fantasmal.

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  3. Creo que la complejidad de la soledad me obliga a pensar mucho en ella, a veces tanto que es ella misma la que entabla conversación conmigo… entonces, otra vuelta de rosca y vuelta a empezar… porque la propia soledad ha interferido en mi concepto de soledad… no seré capaz nunca de atornillar el misterio… en fin.

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