domingo, 29 de marzo de 2015

DOMINGO DE RAMOS


No sé si se puede decir, porque no queda muy bien y las Autoridades de todo tipo no lo olvidarán, pero lo de la Semana Santa, la verdad, me interesa muy poco (vaya por delante mi total respeto a los devotos, obviamente; les deseo que disfruten de sus tronos y sus cosas con toda su energía). Ni desde el punto de vista religioso, ni artístico, ni social o socio-político me interesa la cosa, qué le vamos a hacer.
Hubo un año en que me pilló en Roma todo esto, y me sorprendí de algo muy curioso: para los ajenos al tema era mucho más soportable en la propia Roma que en cualquier ciudad española. Y escribí una cosita que se incluiría en "Cuaderno de Roma".
Pensé que debía conocer el fenómeno en Piazza di San Pietro,¡cómo obviar esta experiencia!, y allá que me fui. Pero me agobió tanto aquello que acabé subiendo al Gianicolo, al Piazzale Garibaldi. Huyendo, como tantas veces que me agobiaba en Roma.
Feliz Domingo de Ramos, domingo, día natural o lo que quieran.


Domingo de Ramos

                      “Libertad, para mí, quiere decir huida”
                      (Joan Margarit, “Cálculo de estructuras”)

Domingo de Ramos en San Pietro:
piazza repleta
y
yo
alejándome
por la Via della Conciliazione,
hacia Castel Sant’Angelo.
Palmas y ramas de olivos,
unos las regalan (cuestión de fe)
y
otros las venden (cuestión de supervivencia).
Sol, calor, bullicio, scuse, permesso.
Fotos desde el autobús turístico
(japoneses que luchan por fotografiar todo, los pobres).
Al fondo, el Papa sigue diciendo cosas.
¿Cuántas veces en la vida
se deja a un Papa
con la palabra en la boca?

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