domingo, 27 de diciembre de 2015

UNO MÁS UNO NO SIEMPRE ES IGUAL A DOS

Recuerdo aquel cuento de Borges en el que dos personajes disfrutaban paseando solos, y se planteaban la posibilidad de quedar un día para hacer juntos ese solitario paseo. Si un misántropo se pega a otro misántropo no tenemos a dos personas: posiblemente tenemos dos soledades más o menos paralelas. Uno más uno no siempre es igual a dos.
En estos días de luces, comidas y no sé qué más, vuelvo a retomar la espectacular biografía de Luis Cernuda escrita por Antonio Rivero Taravillo. Y aunque soy un misántropo muy extrovertido (un misántropo tan celoso de su misantropía que no quiere ni que se conozca, casi, y por eso se le puede enseñar a las visitas, pues ni aparenta serlo), me encanta encontrar a alguien de la misma secta.
Y, como escribiera Lope de Vega, "A mis soledades voy, / de mis soledades vengo, / porque para andar conmigo / me bastan mis pensamientos". Ahí vamos, Cernuda y yo, tan cercanos y tan distantes, mirando extranjeros-extraños todo este jaleo navideño. Puede que con bastante de aquel "étranger" de Camus y/o de Juan Luis Panero.
Puede ser. He comprobado que, en la vida, casi todo puede ser.

1 comentario:

  1. https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1714363102113055&id=100006181456844&notif_t=like

    ResponderEliminar