martes, 22 de septiembre de 2015

RETRATOS (SIN FLASH) DE ALBERTO MORAVIA

Publicado en Manual de Uso Cultural.




RETRATOS (SIN FLASH) DE ALBERTO MORAVIA

Antonio J. Quesada

Alberto Moravia es un novelista sin el cual no se puede comprender la Italia del Siglo XX (Il Novecento). Para entender a Moravia, tarea de por sí compleja, es imprescindible la lectura de la biografía escrita por Renzo Paris, Moravia. Una vita controvoglia, así como Vita di Moravia, libro de entrevistas de Alain Elkann, entre otros. Ahora me gustaría esbozar algunas ideas especialmente sugerentes: aportar una especie de retratos (sin flash, no hay espacio para tanto) de Alberto Moravia.
Narrador tan seguro de su misión que estaba convencido de que un narrador no escribía versos, predicó con el ejemplo. Inventó aquello del existencialismo con Gli indifferenti en 1929, unos años antes de que llegaran unos brillantes profesores de instituto franceses y un argelino genial y divulgaran la cosa, en la segunda postguerra mundial. Malraux aseguró que después de ese libro murió Moravia, aunque no estoy de acuerdo.
Como algunos otros ilustres creadores, una enfermedad le sirvió para echar un pulso a la vida y para formarse leyendo (contará esta experiencia en “Inverno di malato”, 1930, relato del que siempre estará muy satisfecho). Su amplia cultura italiana se extenderá también a la francesa (adora Francia), pero también a las culturas rusa e inglesa.
Siempre le interesó el cine, junto con la literatura y la pintura, y el cine no le trató mal: La ciociara fue llevada al cine por De Sica (traducida al castellano con el horrible título de “Dos mujeres”), y protagonizada por Sophia Loren (Óscar a la mejor actriz en 1962); Il disprezzo, por Godard en 1963, con Brigitte Bardot y Michel Piccoli, pese a que el cineasta asegurara que era una novela para leer en el tren, o Il conformista por Bertolucci (1970), con Stefania Sandrelli (obra maestra de Bertolucci, según algunos). Además, Gli indifferenti se trasladó al cine por Francesco Maselli en 1964, contando con Claudia Cardinale y La Romana, por Luigi Zampa (protagonizada por Gina Lollobrigida). Moravia, que se sentía muy afín a Luis Buñuel, no debe considerarse maltratado por el cine.
De su magna obra, que puede ser leída como una gran autobiografía del tiempo perdido, al estilo proustiano, me gustaría recomendar muy especialmente Agostino, para algunos su obra maestra (1943-1944), La romana (1947) o, sobre todo, Racconti romani (1954), que para un enamorado de Roma es esencial (casi todos los relatos se publicaron en el Corriere della Sera). Además, tradujo “Los asesinos” de Hemingway, fundó la Revista Nuovi Argomenti, a imagen y semejanza de Temps Modernes de Sartre, y fue el amigo del alma de Pier Paolo Pasolini, con el que viajará por el mundo y vivirá las noches romanas, y al que calificará como el poeta italiano más importante de la segunda mitad del Siglo XX (¡esta relación daría para tantos artículos!). Un poeta que hizo otras labores, Pasolini, pero ante todo un poeta: un poeta civil cuya muerte le dejó destrozado.
En 1937 conoce a Elsa Morante (que en aquellos tiempos vivía horriblemente sola y se moría de hambre), y con el tiempo llegarán Dacia Maraini y Carmen Llera. Con el tiempo llega de todo en la vida.
Gran viajero, viajaba y escribía libros sobre esos viajes, generalmente en ese orden (África, India, China, URSS después de la muerte de Stalin…). Conoció a la intelectualidad del momento, así como a personajes históricos que eran hombres de acción, como Tito, Nehru, Fidel Castro, Arafat… (incluso compró una pistola en los años setenta, años de plomo en Italia). Entrevistó a Borges para Corriere della Sera, y le preguntó por Picasso. “¿Picasso? Nunca lo escuché nombrar”, comentaría el genio argentino.
Emilio Cecchi le describe como un “humorista pedante”. Otros como un “Tolstoi sui generis”. Para Elsa Morante era un “dictador”.
Un gran intelectual algo autoritario, en todo caso. Como persona con inquietudes se acercó al PCI y se alejó de él (llegó a ser europarlamentario europeo por el PCI).
Su tumba está en el Cimitero del Verano de Roma, algo que puede sorprender por su origen judío (Pincherle). Área 23, puedo asegurarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario