domingo, 25 de agosto de 2024

REGRESO A ÍTACA

 “Regreso a Ítaca” (2014) es una película dirigida por Laurent Cantet en la que cinco amigos se reúnen en una terraza de La Habana para celebrar el regreso a Cuba de uno de ellos, y pasan toda la noche hablando de lo divino y lo humano. Más de lo humano que de lo divino, que en realidad no existe. Hablando de sus cosas.
“Regreso a Ítaca”, en el fondo, habla de uno mismo. De mí. De ti, amable lector. Sí. Habla del ser humano. Podríamos ser un contertulio más de esa reunión en la que se hace inventario de sueños que, en el fondo, se terminaron roncando, de fracasos, de algún éxito y de cómo casi todo se hizo añicos pero a lo mejor nos debemos considerar triunfadores o, cuando menos, supervivientes, pues todavía está uno en pie, a pesar de los pesares. Uno, que es un poco “lletraferit”, con “Regreso a Ítaca” percibe algo del perfume de aquella mítica terraza de Scola y, aunque prefiere las reuniones de Jep Gambardella frente al Colosseo y su brillantez creativa, es consciente de que podría ser otro contertulio que no desentonaría en La Habana de la película, pues aunque la trayectoria y las condiciones son distintas (afortunadamente para un servidor), también carga en el alma fardos parecidos y, seguramente, esa noche también se ahorraría el psiquiatra.
He sabido que Tusquets ha publicado un libro basado en esta obra (guión y no sé qué más), aunque la película está inspirada en parte de otra obra de Leonardo Padura, según tengo entendido. Lo buscaré. Quiero seguir un rato más en la terraza escuchando boleros. O cantándolos.

(Entrada de ese Diario que mantengo inédito y que casi tengo olvidado)