En mi santa casa, la UMA, organizan un Premio Literario en el que los relatos tienen que unir Ciencia y Literatura. He participado en un par de ocasiones, obviamente sin suerte.
Pero de uno de los relatos que escribí estoy especialmente satisfecho: un relato titulado "El profesor de Derecho civil fue asesinado al atardecer".
En el relato vertebro una trama creativa y, a la vez, juego con mi tema de tesis doctoral (para que ningún profesor de Derecho civil pueda pensar que le estoy matando en mi cuento, mejor me mato a mí mismo y terminamos antes). Mi tema de tesis doctoral es algo tan sesudo como las sociedades civiles sin personalidad jurídica en el Derecho español: comprenderán ahora por qué, literariamente hablando, intento buscar la belleza desde la sencillez y desde unos textos tan alejados, en general, de los tecnicismos y de los eruditos párrafos cargados de notas a pie de página, bibliografía y jurisprudencia. Vivo de escribir esos textos eruditos, exijo mis paréntesis creativos desde otro modo de ser y de estar. Me iría mejor si fuese con otro tono por la vida, pero... soy así. Y apechugo con las consecuencias. No pasa nada: no pretendo ser el perejil de todas las salsas.
Como digo, en este relato al que tanto cariño tengo vertebro un texto creativo en torno a un debate jurídico tan intenso como el del modo de personificación de la sociedad civil en el Código español, el mítico artículo 1669 y el régimen jurídico de estas sociedades civiles.
Y, ante todo, no me importa matar a mi "alter ego" si, de paso, escribo un homenaje a Manuel Vázquez Montalbán.
Una bagatela, comparado con lo que le debo como lector.
Pero de uno de los relatos que escribí estoy especialmente satisfecho: un relato titulado "El profesor de Derecho civil fue asesinado al atardecer".
En el relato vertebro una trama creativa y, a la vez, juego con mi tema de tesis doctoral (para que ningún profesor de Derecho civil pueda pensar que le estoy matando en mi cuento, mejor me mato a mí mismo y terminamos antes). Mi tema de tesis doctoral es algo tan sesudo como las sociedades civiles sin personalidad jurídica en el Derecho español: comprenderán ahora por qué, literariamente hablando, intento buscar la belleza desde la sencillez y desde unos textos tan alejados, en general, de los tecnicismos y de los eruditos párrafos cargados de notas a pie de página, bibliografía y jurisprudencia. Vivo de escribir esos textos eruditos, exijo mis paréntesis creativos desde otro modo de ser y de estar. Me iría mejor si fuese con otro tono por la vida, pero... soy así. Y apechugo con las consecuencias. No pasa nada: no pretendo ser el perejil de todas las salsas.
Como digo, en este relato al que tanto cariño tengo vertebro un texto creativo en torno a un debate jurídico tan intenso como el del modo de personificación de la sociedad civil en el Código español, el mítico artículo 1669 y el régimen jurídico de estas sociedades civiles.
Y, ante todo, no me importa matar a mi "alter ego" si, de paso, escribo un homenaje a Manuel Vázquez Montalbán.
Una bagatela, comparado con lo que le debo como lector.
PD: una interesante revista literaria lo tiene ahora sobre su mesa. Pondré todas las velas laicas disponibles a todos mis santos laicos para que decidan publicarlo. No es fácil, pues es excesivamente extenso. A ver...