(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(Miguel Hernández, a los 75 años de su muerte)
lunes, 27 de marzo de 2017
sábado, 25 de marzo de 2017
TRAYECTORIA VITAL
Trayectoria vital
Cuántos sueños rotos.
Cuántas ilusiones derrochadas.
Cuántas inquietudes despilfarradas.
Cuántas alegrías negadas.
Cuántas aspiraciones prostituidas.
En fin,
cuánta vida desperdiciada.
(Antonio J. Quesada, texto seleccionado para la
publicación en el I Concurso de poesía trágica “Tragedias poéticas”, organizado
por Diversidad Literaria, 2015).
jueves, 23 de marzo de 2017
"EL DIA DE LA MUERTE DE ALLEN GINSBERG" (POEMA DE ANTONIO JIMÉNEZ MILLÁN)
EL DIA DE LA MUERTE DE ALLEN GINSBERG
El día de la muerte de Allen Ginsberg
puse el televisor como otros días,
vi edificios en ruinas, solares yertos,
imágenes de coches destrozados
y gente que dormía entre cartones.
Recordé sus poemas: mudas sombras
del Bronx o de Manhattan
se pierden como grietas en un muro,
como miles de vidas que se cruzan
y se repiten y al final son nada.
Fue la suya una época
de guerra fría,
un tiempo de demonios familiares
y enemigos ocultos en la noche
de abúlicos chalets del extrarradio,
fotos de niños con disfraz de adultos,
sonrisas de políticos
semejantes a monstruos de películas
de serie B.
El aullido de los lobos
se equivocó de bando, como siempre;
era el suyo un país que mereció
la paz de los espías y de los delatores.
Después de muchos años,
también puedo decir que he visto
alguna inteligencia consumida
por el alcohol y el tedio,
no sé si los mejores
cerebros de mi generación,
pero sí unos cuantos ilusos:
esperaban, tal vez, que la miseria
se quedase en reducto del pasado
y que la vida fuera menos sórdida.
Después de muchos años
hay otras guerras,
y los depredadores
siguen en su lugar de siempre,
y han inventado drogas de diseño,
y Ginsberg estará en los manuales
igual que un viejo zorro disecado.
En vano se lamenta el hombre de su suerte,
de su empeño tenaz en destruirse.
En la televisión aparecían
políticos sonriendo,
noticias de atentados,
niños con disfraz de adultos.
Alguien trataba de explicar
los ritos de las sectas más extrañas
y yo pensé en el rostro vacío del suicida,
el día de la muerte de Allen Ginsberg.
(Antonio Jiménez Millán: Inventario del desorden, Madrid, Visor, 2003)
martes, 21 de marzo de 2017
DEL MURO DE FACEBOOK DE DANIEL MONEDERO
En el muro de Facebook de Daniel Monedero (https://www.facebook.com/daniel.dillinger.16?fref=nf) leo un texto cargado de lucidez. Tengo que traerlo aquí para tenerlo siempre presente.
Gracias, Daniel.
"Hace un tiempo, un escritor cuya obra admiro, todo un hombre de nuestras
letras, con una larga trayectoria y algunos premios importantes a su
espalda, y sobre todo, una buena persona, me dijo tres cosas. La
primera: "A menudo los escritores que están constantemente y sin
descanso señalando en corrillos o redes sociales, la mezquindad, el
egocentrismo y la competitividad del mundo literario y que van siempre
afeando o ridiculizando por ahí la conducta de otros escritores, que no
te engañen con la ostentación de su aparente honestidad, son en muchos
casos los más egocéntricos y mezquinos de la película, frustrados con su
obra, o con su alcance, o quizá con ambas cosas, y por eso están
siempre con esos temas a mano, y esas mezquindades a vueltas y en la
boca, haciendo comentarios malintencionados para intentar menospreciar a
otros, y es por eso que están siempre metidos en esos "fangos" y en
esos "lodos", en lugar de estar hablando esencialmente de literatura,
que es lo que realmente importa aquí, y lo que apenas hacen". La
segunda: "Vas a tardar muy poco en comprobarlo". La tercera: "Recuerda
que nuestro campo de batalla es la literatura, no "el mundo" de la
literatura".
sábado, 18 de marzo de 2017
EXTRAÍDO DE "CRISIS". UN VIEJO RELATO
"(...) Me siento incapaz de escribir una
línea más. Incapaz de un nuevo verso. Incapaz de un nuevo artículo. Incapaz de
un nuevo capítulo de la novela de turno. Incapaz hasta de leer algo serio, y me
tengo que conformar con mirar las fotografías de los libros que saco de
biblioteca (son demasiado caros para comprarlos yo). Ahora miro y remiro uno de
Kafka, que en este momento es la persona menos indicada para levantarme el
ánimo, como pueden imaginar. Que Dios, que no existe, me ayude.
En esos momentos sólo me apetece
mirarme el ombligo del alma y meditar vagamente: si mi misión aquí es escribir
(¿misión? ¡Uy, uy!, en el fondo soy un cristiano inverso con destellos de
jesuitismo), y no soy capaz de escribir, ¿qué pinto en todo este tinglado que
llaman vida? Es terrible: llegar a la conclusión de que uno es perfectamente
prescindible para el resto del mundo es algo duro de asimilar".
(Antonio J. Quesada. Extraído del relato "Crisis", publicado por alguna parte)
miércoles, 15 de marzo de 2017
HOPPER EN UNA ESQUINITA DE MÁLAGA
Esta mañana me sentí parte de un cuadro de Hopper. A horas intempestivas y en una esquinita de Málaga.
Me bajaba de un autobús para tomar otro, antes de las siete de la mañana, y llegar al trabajo lo antes posible, para resolver todo eso tan importante que tengo siempre esperando (porque, como todos, yo también llevo Occidente a cuestas y soy esencial). Cruzo por el paso de cebra ("soy un anarquista que respeta los semáforos", aseguraba San Joaquín Sabina) y, entonces, llega el cuadro.
Un bar triste, en la esquina de enfrente (que siempre nos atrae más): con su barra triste, su triste cristalera, su cliente triste y su triste camarero (ya de cierta edad, todavía peor: el mundo te lo hará ver). Y yo, de repente, como quien pasea por un museo y se encuentra con "el cuadro", lo tengo todo para mí. Les miro y... me miran. Nos reconocemos: somos del mismo lote social, somos tres islas sin posibilidad de formar un archipiélago. Antes de las siete de la mañana y ya dando trotes: no podemos ir de vencedores, ni por la vida ni por la Historia. Los que tienen la sartén por el mango no madrugan ni toman el autobús de las siete. Eso lo hacemos los que estamos aquí en usufructo.
Seguí mi camino, más solitario que de costumbre, y con Hopper en la cabeza: en este trayecto suelo coincidir con una señora ucraniana encantadora (la incluí en un poema que creo que no está mal, "textículo" que sigue dormitando en mi ordenador, como todo) y cambiamos de autobús juntos, con lo que nuestras soledades se hacen compañía durante un rato.
A horas intempestivas y en una esquinita de Málaga. Esta mañana me sentí parte de un cuadro de Hopper.
Me bajaba de un autobús para tomar otro, antes de las siete de la mañana, y llegar al trabajo lo antes posible, para resolver todo eso tan importante que tengo siempre esperando (porque, como todos, yo también llevo Occidente a cuestas y soy esencial). Cruzo por el paso de cebra ("soy un anarquista que respeta los semáforos", aseguraba San Joaquín Sabina) y, entonces, llega el cuadro.
Un bar triste, en la esquina de enfrente (que siempre nos atrae más): con su barra triste, su triste cristalera, su cliente triste y su triste camarero (ya de cierta edad, todavía peor: el mundo te lo hará ver). Y yo, de repente, como quien pasea por un museo y se encuentra con "el cuadro", lo tengo todo para mí. Les miro y... me miran. Nos reconocemos: somos del mismo lote social, somos tres islas sin posibilidad de formar un archipiélago. Antes de las siete de la mañana y ya dando trotes: no podemos ir de vencedores, ni por la vida ni por la Historia. Los que tienen la sartén por el mango no madrugan ni toman el autobús de las siete. Eso lo hacemos los que estamos aquí en usufructo.
Seguí mi camino, más solitario que de costumbre, y con Hopper en la cabeza: en este trayecto suelo coincidir con una señora ucraniana encantadora (la incluí en un poema que creo que no está mal, "textículo" que sigue dormitando en mi ordenador, como todo) y cambiamos de autobús juntos, con lo que nuestras soledades se hacen compañía durante un rato.
A horas intempestivas y en una esquinita de Málaga. Esta mañana me sentí parte de un cuadro de Hopper.
domingo, 12 de marzo de 2017
"VIDA DE PERROS", OTRA ANTOLOGÍA
Otra antología en la que aparezco fue"Vida de perros". Poesía dedicada a los perros,
publicada en La Rioja.
El malagueñísimo Diario Sur se hace eco de la noticia y hace recuento de los poetas andaluces que aparecen, entre los que no me incluye, obviamente (es negligente hacer listados incompletos; mejor recurrir al "entre otros", como tantas otras veces). Así, sin salir en los papeles, no voy a lograr el respeto de mis vecinos...
http://www.diariosur.es/20071111/mas-actualidad/cultura/antologia-vida-perros-reune-200711111832.html
El malagueñísimo Diario Sur se hace eco de la noticia y hace recuento de los poetas andaluces que aparecen, entre los que no me incluye, obviamente (es negligente hacer listados incompletos; mejor recurrir al "entre otros", como tantas otras veces). Así, sin salir en los papeles, no voy a lograr el respeto de mis vecinos...
http://www.diariosur.es/20071111/mas-actualidad/cultura/antologia-vida-perros-reune-200711111832.html
"FRONTERA SUR"
Hoy, buscando no sé qué por las estanterías, me encontré con "Frontera Sur. Antología de jóvenes poetas malagueños", publicada por la Diputación de Málaga en la Colección Puerta del Mar (número 100, 2007). Antología a cargo de Francisco Ruiz Noguera en la que tuve el honor de ser incluido (con esto sucede como con los premios: cuando generalmente quedas a la sombra, aparecer en alguna ocasión por alguna parte incluso alegra).
Me ha hecho gracia encontrarla, sobre todo en estos momentos. He pasado un ratito simpático leyendo la poética que incluí (excesivamente larga: a veces se me olvida que estudié Derecho), en la que incido en mi condición de híbrido, extraño, mestizo, impuro. Sí, sigo estando de acuerdo con eso. Y leyendo los cinco textillos (¿"textículos"?) que aporté (incluso uno de tema amoroso, ¡qué cosas hacía en otros tiempos!).
Además, del título ya se deduce que se me considera joven, poeta y malagueño, tres condiciones que dudo haber ejercido más que a tiempo parcial. Es más, a lo mejor nunca fui joven, ni poeta ni malagueño. Tengo que pensarlo.
En todo caso, encontrar la Antología me alegró el domingo, entre tanta prosa jurídica a la que no puedo dejar de lado. Pero, siempre asimilados Jaime Gil de Biedma y Vázquez Montalbán, soy consciente de que la razón la tienen los días laborables.
Me ha hecho gracia encontrarla, sobre todo en estos momentos. He pasado un ratito simpático leyendo la poética que incluí (excesivamente larga: a veces se me olvida que estudié Derecho), en la que incido en mi condición de híbrido, extraño, mestizo, impuro. Sí, sigo estando de acuerdo con eso. Y leyendo los cinco textillos (¿"textículos"?) que aporté (incluso uno de tema amoroso, ¡qué cosas hacía en otros tiempos!).
Además, del título ya se deduce que se me considera joven, poeta y malagueño, tres condiciones que dudo haber ejercido más que a tiempo parcial. Es más, a lo mejor nunca fui joven, ni poeta ni malagueño. Tengo que pensarlo.
En todo caso, encontrar la Antología me alegró el domingo, entre tanta prosa jurídica a la que no puedo dejar de lado. Pero, siempre asimilados Jaime Gil de Biedma y Vázquez Montalbán, soy consciente de que la razón la tienen los días laborables.
viernes, 3 de marzo de 2017
EN EL AUTOBÚS LOS TEXTOS SE PONEN PESADOS Y...
Paso muchas horas en el autobús, por aquí y por allá, y aprovecho para mil cosas en estos trayectos: para leer, para pensar, para autoengañarme y así poder seguir vivo, para agobiarme con todo eso tan importante que me espera en el despacho, para...
Es inevitable que, en ocasiones, haya textos creativos que se pongan pesados y no quede más opción que escribirlos, como sugería el gran Jaime Gil de Biedma.
Ayer me sucedió. Un divertidísimo relato. Otras veces es un poema (estos me los callaré, me voy a ir quitando de eso poco a poco; ya estoy en ello). No me quedó otra que, cuando llegué al despacho, robarle minutos al trabajo (será nuestro secreto) y ponerme a escribirlo. Tardé muy poco tiempo: iba completo en mi sucedáneo de cerebro. Disfruté como un loco, pues el proceso creativo es casi lo único que me atrae en la vida con tanta pasión.
Iba a subirlo por aquí, pues quedé bastante satisfecho del relato y en él hago un homenaje a un querido amigo y admiradísimo creador (José María Prieto). Pero he decidido hacer un bien a la Literatura, con mayúsculas, y no subirlo. Menos contaminación. Lean por ahí, por esos ciber-mundos, que hay mucho y bueno.
Algún día puede que lo suba, o que lo mande a un concurso literario de esos en los que participo (de lo poco en lo que todavía pongo cierta ilusión). Esos concursos que luego no gano, claro, pero en los que lo importante era participar y pasármelo bien preparando mi contribución.
Ya veremos lo que hago con él. En todo caso, que me quiten lo "bailao".
Es inevitable que, en ocasiones, haya textos creativos que se pongan pesados y no quede más opción que escribirlos, como sugería el gran Jaime Gil de Biedma.
Ayer me sucedió. Un divertidísimo relato. Otras veces es un poema (estos me los callaré, me voy a ir quitando de eso poco a poco; ya estoy en ello). No me quedó otra que, cuando llegué al despacho, robarle minutos al trabajo (será nuestro secreto) y ponerme a escribirlo. Tardé muy poco tiempo: iba completo en mi sucedáneo de cerebro. Disfruté como un loco, pues el proceso creativo es casi lo único que me atrae en la vida con tanta pasión.
Iba a subirlo por aquí, pues quedé bastante satisfecho del relato y en él hago un homenaje a un querido amigo y admiradísimo creador (José María Prieto). Pero he decidido hacer un bien a la Literatura, con mayúsculas, y no subirlo. Menos contaminación. Lean por ahí, por esos ciber-mundos, que hay mucho y bueno.
Algún día puede que lo suba, o que lo mande a un concurso literario de esos en los que participo (de lo poco en lo que todavía pongo cierta ilusión). Esos concursos que luego no gano, claro, pero en los que lo importante era participar y pasármelo bien preparando mi contribución.
Ya veremos lo que hago con él. En todo caso, que me quiten lo "bailao".
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