viernes, 3 de marzo de 2017

EN EL AUTOBÚS LOS TEXTOS SE PONEN PESADOS Y...

Paso muchas horas en el autobús, por aquí y por allá, y aprovecho para mil cosas en estos trayectos: para leer, para pensar, para autoengañarme y así poder seguir vivo, para agobiarme con todo eso tan importante que me espera en el despacho, para...
Es inevitable que, en ocasiones, haya textos creativos que se pongan pesados y no quede más opción que escribirlos, como sugería el gran Jaime Gil de Biedma.
Ayer me sucedió. Un divertidísimo relato. Otras veces es un poema (estos me los callaré, me voy a ir quitando de eso poco a poco; ya estoy en ello). No me quedó otra que, cuando llegué al despacho, robarle minutos al trabajo (será nuestro secreto) y ponerme a escribirlo. Tardé muy poco tiempo: iba completo en mi sucedáneo de cerebro. Disfruté como un loco, pues el proceso creativo es casi lo único que me atrae en la vida con tanta pasión.
Iba a subirlo por aquí, pues quedé bastante satisfecho del relato y en él hago un homenaje a un querido amigo y admiradísimo creador (José María Prieto). Pero he decidido hacer un bien a la Literatura, con mayúsculas, y no subirlo. Menos contaminación. Lean por ahí, por esos ciber-mundos, que hay mucho y bueno.
Algún día puede que lo suba, o que lo mande a un concurso literario de esos en los que participo (de lo poco en lo que todavía pongo cierta ilusión). Esos concursos que luego no gano, claro, pero en los que lo importante era participar y pasármelo bien preparando mi contribución.
Ya veremos lo que hago con él. En todo caso, que me quiten lo "bailao".

No hay comentarios:

Publicar un comentario