lunes, 27 de febrero de 2017

SOBRE "CIEN AÑOS DE SOLEDAD"


(Este trabajo ha sido publicado en el número 33 de la revista "Manual de Uso Cultural", 2017)


CINCUENTA AÑOS DE LOS CIEN AÑOS

 

 

Antonio J. Quesada

 

 

“Cien años de soledad” cumple cincuenta años con los lectores (la primera edición se publicó en mayo de 1957 por Editorial Sudamericana, en Buenos Aires). Es buen momento para meditar sobre la novela y sobre el fenómeno que provocó. Bodas de oro o así.

Eterno referente, “Cien años de soledad”. Quizás porque cuando un libro es bueno entra a formar parte de nuestro imaginario sentimental, personal y colectivo, y nunca pasa de moda. Se ha hablado y escrito mucho sobre el libro y su autor, desde muchas ópticas. Incluso podemos citar (como guiño para fetichistas) “García Márquez, historia de un deicidio”, de Mario Vargas Llosa, publicado por Barral Editores en 1971 (difícil de encontrar, aunque con el tiempo se incluirá en las Obras completas publicadas por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores). Este texto fue de antes del puñetazo, claro. Por cierto, ya que citamos a Carlos Barral, siempre se ha sugerido que rechazó la publicación de “Cien años de soledad” (Carlos debió defenderse durante toda su vida de esta aseveración), aunque todo apunta a que lo que se produjo fue una concatenación de hechos desafortunados (Barral lo explicó en una carta a “El País” en 1979; sobre este tema, y sobre tantos otros, véase el magnífico trabajo de Xavi Ayén “Aquellos años del boom”).

“Cien años de soledad”, ese hito. De los ocho mil ejemplares de la primera edición a los más de treinta millones vendidos hasta hoy, traducido a treinta y cinco idiomas (entre ellos, el esperanto o el wayuunaiki). Logró García Márquez que Macondo fuese temporalmente nuestra residencia, que los Buendía nos acogieran amistosamente y que la magdalena proustituida hiciera estragos en cada uno de nosotros cuando releíamos aquello de “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Creo que el llamado realismo mágico solo podía fructificar plenamente en el Caribe. Juan Rulfo abrió camino, y García Márquez lo siguió magistralmente, con “Cien años de soledad” y tantos otros textos. Aseguran que fue Álvaro Mutis quien regaló “Pedro Páramo” a García Márquez, razón por la cual éste le estaría agradecido eternamente.

Cuentan que se matriculó en Derecho y que se aburría soberanamente en clase, por lo que se refugiaba en la cafetería para escribir, hablar y soñar. Menos mal, pues abogados conozco muchos (más de los que quisiera conocer), pero Gabriel García Márquez conocí a uno. Y empezó a escribir, un poco a ciegas, como sucede siempre. Y a trabajar en prensa, porque había que comer. Alguien le recomendó que dejara la narrativa, pues no servía para narrar, que como mucho escribiera poemas. Casi nada…

Pero empezó a hacer camino. Y en eso llegó “Cien años de soledad”, y todo cambió. Fundamos Macondo. Y peleamos en guerras civiles. Y la compañía bananera llegó, tras la guerra, para hacer su propia guerra. Y se produjo un diluvio cuasi-bíblico y por aquellos lares terminaría rondando un ser humano con cola de cerdo. Cien años muy completos.

Y cambió la historia de la Literatura. Pusimos en el mapa a Iberoamérica, e Iberoamérica se puso en el mapa a sí misma. Hasta entonces, más o menos, a muchos iberoamericanos se les torcía el cuello de tanto mirar hacia Europa o Norteamérica, y con “Cien años de soledad” y otras obras maestras descubrimos a García Márquez, pero también a Vargas Llosa, a Carlos Fuentes, a Donoso, a Cortázar, y a otros más o menos próximos, por arriba o por abajo (los Azuela, Borges, Carpentier, Mujica Lainez, Puig, Edwards, Sábato, etc.).

“Cien años de soledad” no es solamente una obra maestra de la Literatura, que también. “Cien años de soledad” es, además, la metáfora de un continente que, utilizando palabras del Che, “ha echado a andar, y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conseguir la verdadera independencia". Mucho de eso hay, en lo literario.

Cincuenta años, ya, de los Cien Años. La impresión que tengo es la de que todos somos hijos extramatrimoniales de José Arcadio Buendía.

 

 

sábado, 25 de febrero de 2017

EL REINO DE ESTE MUNDO

Leí "El reino de este mundo" después de volver de Haití. Fui para allá a llevar a cabo unas actividades literarias que resultaron gozosas, como bien conocen mis amigos, y a empaparme de Caribe.
A mi vuelta leí otros textos, más histórico-científicos y políticos, sobre Haití, pero fiel a mi modo de ser y de estar, cada día estoy más convencido de la bondad de las buenas obras creativas para gozar y, también, para aprender sobre un tema. Por eso, el recuerdo de este libro de Carpentier fue especialmente imborrable.
Ayer compré el libro (soy usuario compulsivo de las bibliotecas públicas, no lo tenía en casa), así que... cualquier día vuelvo a Haití de la mano de Carpentier.
Inmejorable compañía para disfrutar de una gran obra y, también, para volver sobre aquellos bellísimos días gozados por aquellas zonas.

PD: "El reino de este mundo". Siempre me encantó este título. Además, cada día estoy más convencido de que, por cualquier parte que me mueva, mi reino no es de ese mundo.
 



domingo, 19 de febrero de 2017

"La Mauvaise Réputation"

La Mauvaise Réputation (George Brassens)


Au village, sans prétention
J'ai mauvaise réputation
Qu'je m'démène ou qu'je reste coi
Je pass' pour un je-ne-sais-quoi
Je ne fait pourtant de tort à personne
En suivant mon chemin de petit bonhomme


Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux
Tout le monde médit de moi
Sauf les muets, ça va de soi


Le jour du Quatorze Juillet
Je reste dans mon lit douillet
La musique qui marche au pas
Cela ne me regarde pas
Je ne fais pourtant de tort à personne
En n'écoutant pas le clairon qui sonne


Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux
Tout le monde me montre du doigt
Sauf les manchots, ça va de soi


Quand j'croise un voleur malchanceux
Poursuivi par un cul-terreux
J'lance la patte et pourquoi le taire
Le cul-terreux s'retrouv' par terre
Je ne fait pourtant de tort à personne
En laissant courir les voleurs de pommes


Mais les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux
Tout le monde se rue sur moi
Sauf les culs-de-jatte, ça va de soi


Pas besoin d'être Jérémie
Pour d'viner l'sort qui m'est promis
S'ils trouv'nt une corde à leur goû t
Ils me la passeront au cou
Je ne fait pourtant de tort à personne
En suivant les ch'mins qui n'mènent pas à Rome
Mais les brav's gens n'aiment pas que

L'on suive une autre route qu'eux
Non les brav's gens n'aiment pas que
L'on suive une autre route qu'eux
Tout l'mond' viendra me voir pendu
Sauf les aveugles, bien entendu

sábado, 18 de febrero de 2017

UNA VIEJA DEUDA

Me precio de ser un lector razonablemente fiel a Manuel Vázquez Montalbán, y creo que es así. Tengo bastante controlada su obra (y su vida y milagros) y me siento muy cómodo con él. Su poesía, sus espectaculares novelas, sus columnas, sus poéticos ensayos... Gregorio Morán comentaba alguna vez que las novelas de Carvalho no demandaban lectores, sino cómplices, y me extrañé, aunque tuve que reconocer que yo era cómplice, sí.
Pero tengo una laguna: "El estrangulador". He leído bastante sobre ella, y voces autorizadísimas, a las que concedo la máxima credibilidad, me la han recomendado con interés (la última vez, Francisco Ruiz Noguera, por ejemplo). Y, por fin, estoy en ello.
Disfrutando con ese loco que va por la vida y por la historia hablando a gritos, como el del poema de Antonio Machado, aunque utilizando el lenguaje de la tribu que le tiene enclaustrado (como sucede a aquellos presos que saben más derecho penal y penitenciario que sus abogados). Un personaje llevado a sus últimas consecuencias (un Carvalho raro, quizás), un homenaje al estrangulador de Boston, un guiño en clave a Jack el Decorador, una ciudad de Boston que, si te paras a pensarlo, se parece a Barcelona, Klimt en estado puro...
En fin, un texto sugerente con el que estoy saldando una vieja deuda.





miércoles, 15 de febrero de 2017

CARAS, MÁSCARAS Y MÁSCARAS MÁS CARAS

Qué guerra que dan, en el día a día, las caras, las máscaras y... en fin, todo eso. "Fidelidad a la máscara", demandaba Juan de Mairena al hombre público.
Sí, pero... da guerra todo esto.


 


Problemas de las máscaras



Desempeñé tantas veces el papel de idiota


frente a tantos y tan variados auditorios


que,


finalmente,


acabé convirtiéndome,


también,


en un idiota de pleno derecho.


No abrigo la más mínima duda,


hoy,


acerca de mi elevado grado de idiotez.


Así debo reconocerlo. Por cuestiones de higiene mental.


(De “Cuaderno poético del bolchevique sentimental”)


 

sábado, 11 de febrero de 2017

HOY EN "DIARIO SUR"

Veo que hoy me sacan en el "Diario Sur", aunque hace mucho que no compro ni ese ni ninguno de los diarios locales. Leo prensa deportiva, que es más seria, y en la biblioteca pública, a ser posible.
Pero que no cunda el pánico, que no es que me estén dando algo de cancha creativa por alguna razón (tareas literarias en Haití, Filipinas, andanzas panerianas...; no, eso no interesa al lector malagueño), o que a alguien se le haya pasado y yo esté hoy ahí, usurpando un valioso espacio que podría ocupar un cofrade, un peñista o un solidario canónico. No.
Simplemente es una noticia profesional, relacionada con el Comité de Empresa del Personal Docente e Investigador Laboral de la Universidad de Málaga. Ya que me gusta cómo me sacan en la foto, así como pensativo y en segundo plano (también tengo mis momentos frívolos), pues la subo.
Para incondicionales, no se sabe bien de qué.


 



miércoles, 8 de febrero de 2017

ALEXIÉVICH Y LA NUEVA GUÍA DE TELÉFONOS

Preguntaron una vez a Umberto Eco por el libro que se llevaría a una isla desierta (preguntamos demasiado, y demasiadas tonterías...). Contestó que la guía de teléfonos, porque contenía muchísimas historias.
Estoy, nuevamente, leyendo a Svetlana Alexiévich. Hay que leer cada uno de sus libros, aunque hay que dosificársela (supongo que como todo en la vida). "Últimos testigos", nuevo libro coral de testimonios, etcétera, etcétera, etcétera. Ya saben, por todo lo que se lee en suplementos culturales y demás. Yo, siguiendo con la idea de Eco, creo que cada libro de Alexiévich es como una guía de teléfonos, en el que están casi todas las historias, conectadas por el hilo conductor común del tema que sea.
Hay que leer a Alexiévich, lo tengo muy asumido, aunque en mi modesta opinión un Nobel sea otra cosa. Hay que leerla para saber de qué va esto de vivir, en ciertas circunstancias. Son libros que te abren las carnes.
Además, Alexiévich fue la causa de que me llamaran Agente de la CIA, y un insulto como ese hay que sostenerlo desde temprano, cada mañana. Te da caché.
No me quedará otra que ganarme el presunto sueldo (vamos a ver cómo afecta la llegada deTrump a mi presunta nómina), y seguir comentando a Alexiévich.

domingo, 5 de febrero de 2017

LA ENTREVISTA



LA ENTREVISTA
Antonio J. Quesada

Dedicado a varios amigos, grandes creadores, que nunca salen en la prensa local

Así nunca serás famoso. Eres de lo que no hay.

Te escriben un mensaje de correo electrónico, desde uno de los diarios de tu ciudad, para comentarte que te quieren entrevistar.
Y les contestas, en primer lugar, agradeciéndoles el interés (eres muy educado: se te puede enseñar a las visitas), pero añadiendo que no estás interesado. Que les esperaste durante años, cuando te hubiese hecho mucha ilusión que tu nombre y tu cara salieran en la prensa escrita de tu ciudad (así te empezarían a valorar algunos amigos, algunos compañeros de trabajo, el del bar, y tu madre iría con el recorte, orgullosa, para enseñarlo a las vecinas). Pero que, ahora, llegaban tarde.
Además, les recomendaste que entrevistaran a algún Hermano Mayor de Cofradía, a algún solidario profesional de la ciudad, un futbolista, peñista o dueño de bar con solera y, por si querían entrevistar a un creador, apuntaste los nombres de un poeta joven que se lleva mucho esta temporada, de un escritor de relatos cortos excesivamente largos pero celebrados, de un Catedrático que siempre habla de Borges, en ocasiones en latín, y de algunos prebostes literarios que están en todas partes, escriben textos cultísimos y son invitados a desayunos, galas y todo eso. Y te despediste con un fuerte abrazo.

Eres de lo que no hay. Así nunca serás famoso. 

(Relato escrito tras ponerse pesado hoy, durante mi trayecto en el autobús de las siete de la mañana. Cualquier parecido con la realidad que refleja... no sé si es coincidencia, pura coincidencia o puta coincidencia).