Cómo agobia el día a día: la vida, esa cosa que huele mejor que sabe, como las castañas, es esa emboscada que nos desgasta y nos acaba matando poquito a poco. Pero... menos mal que nos queda la creación artística para subsistir, para huir, para escapar a ese paraíso artificial que no debes perder jamás (si lo pierdes estás perdido...). Leer hasta entrada la noche y en invierno viajar al sur, ya me lo enseñó Eliot hace tiempo (bastante tiempo, casi veinte años; de todo comienza ya a hacer veinte años, me lo enseñó un genial lector de Eliot).
Estoy agotado: harto de aguantar al resto del mundo, tengo cuatro horas seguidas de clase esta tarde martirizando a gente con contratos que no les interesan, el entorno me tiene negro lo mire por donde lo mire, no se ve solución a casi nada, Dios ha muerto y... a mí hoy me duele un poco la cabeza. En fin, que los guapos también sufrimos, como se puede comprobar...
¿Hakuna matata?