El meu avi se'n va anar a Cuba
AntonioJetaQuesada
(literatura, música, cine y algún otro vicio más o menos confesable)
martes, 10 de diciembre de 2024
EL MEU AVI (LLETRA)
domingo, 25 de agosto de 2024
REGRESO A ÍTACA
“Regreso a Ítaca”, en el fondo, habla de uno mismo. De mí. De ti, amable lector. Sí. Habla del ser humano. Podríamos ser un contertulio más de esa reunión en la que se hace inventario de sueños que, en el fondo, se terminaron roncando, de fracasos, de algún éxito y de cómo casi todo se hizo añicos pero a lo mejor nos debemos considerar triunfadores o, cuando menos, supervivientes, pues todavía está uno en pie, a pesar de los pesares. Uno, que es un poco “lletraferit”, con “Regreso a Ítaca” percibe algo del perfume de aquella mítica terraza de Scola y, aunque prefiere las reuniones de Jep Gambardella frente al Colosseo y su brillantez creativa, es consciente de que podría ser otro contertulio que no desentonaría en La Habana de la película, pues aunque la trayectoria y las condiciones son distintas (afortunadamente para un servidor), también carga en el alma fardos parecidos y, seguramente, esa noche también se ahorraría el psiquiatra.
He sabido que Tusquets ha publicado un libro basado en esta obra (guión y no sé qué más), aunque la película está inspirada en parte de otra obra de Leonardo Padura, según tengo entendido. Lo buscaré. Quiero seguir un rato más en la terraza escuchando boleros. O cantándolos.
domingo, 10 de marzo de 2024
HOMENAJE A JACINTO ESTEBAN: ARTISTA Y HOMBRE BUENO
HOMENAJE A JACINTO ESTEBAN: ARTISTA Y
HOMBRE BUENO
Antonio J. Quesada
Cuando supe que
se preparaba un libro en homenaje a Jacinto Esteban, y se me planteó participar,
no pude decir que no. Corrijo: cuando supe que se preparaba un libro en
homenaje a Jacinto Esteban, y se me planteó participar, no podía decir que no.
La persona y el creador merecían ese homenaje, y para mí es un honor y un
placer tomar parte en él.
Conocí a
Jacinto, como a tantos otros creadores, en las reuniones de “Los Lunes del
Pimpi”, que dirigía el poeta José Infante. Mucho debe agradecer el mundo
creativo en Málaga a José Infante y a esas tertulias. Sí, sin duda: mucho
debemos agradecerle. En aquel entorno mágico, en el que la palabra y la
actividad creativa de todo tipo eran un fin en sí mismos, conocí a Jacinto.
Siempre amable. Siempre sonriente. Siempre cariñoso. Siempre creativo.
Aquellos que no
habíamos estado al tanto de su extenso curriculum profesional, tras
conocer a la persona, comenzamos a estarlo. Una dilatada trayectoria artística que
pasaba por haber trabajado, desde los años sesenta del pasado siglo, con los
más grandes del mundo del teatro (y de la televisión) en España. Nombres como
los de Miguel Ligero, Antonio Gades, Antonio Ferrándiz, Fernando Guillén, José
Tamayo, Manuel Dicenta, Genma Cuervo, María Dolores Pradera, Nati Mistral,
Guadalupe Muñoz Sampedro, Carlos Larrañaga, María Asquerino, Adolfo Marsillach,
Julieta Serrano, Pedro Osinaga, Luis Escobar, Eloy de la Iglesia, Silvia
Tortosa o Narciso Ibáñez Serrador, entre otros, acompañan la vida profesional
de Jacinto.
En 1968, año con
peso propio en la Historia, Jacinto se instaló en Málaga, sin que ello le
impidiera realizar visitas periódicas a otros sitios de España, para estar al
tanto de lo que se representaba aquí o allá. Y en Málaga regenta “El Corral”,
local ubicado en Calle Ollerías que será conocido por la celebración de
actividades intelectuales y creativas en él, y a cuyo nombre irán ligados los
nombres de artistas de la talla de José Infante, Pablo García Baena, Gloria
Fuertes, Pepe Bornoy, Rafael Pérez Estrada, Bernabé Fernández Canivell,
Francisco Ruiz Noguera, Mari Pepa Estrada o José María Prieto, entre otros (su
conexión con el Grupo Cántico no es de escasa importancia). Mítico lugar, “El
Corral”: no lo conocí, pero he oído hablar de él, a personas que merecen toda
mi credibilidad, con tanto cariño y respeto, que no tengo duda de su relevancia
y de su importancia para agitar culturalmente aquella España gris ceniza de los
últimos años de reinado del “Centinela de Occidente”. En tiempos en que,
oficialmente, por el Imperio se llegaba hacia Dios, por “El Corral” se llegaba
a la Cultura, tan necesaria como comer, para salir de aquella España que podía
ser Una, pero no era ni Grande, ni Libre (ya me lo confesaba mi admirado y
querido amigo, el Poeta José María Prieto: “España era una, sin duda, porque si
hubiera habido otra nos hubiéramos ido a esa otra”).
Después vendrán
interesantes actividades profesionales que le llevarán a Benalmádena, a
interesantes tareas en la televisión pública de Málaga y a seguir realizando
tareas creativas por aquí y por allá. Desde que tuve la suerte de conocerle, he
vivido desde cerca sus espectáculos y trabajos en Málaga, en los que ha sabido
demostrar su buen hacer. Recuerdo con especial cariño su brillante y exitosa
atención a la figura de Miguel de Molina, así como los homenajes poéticos que
diseñó en el Museum Jorge Rando, en los que tuve el honor de participar como
poeta, incluso.
Pero si tuviera
que destacar alguna cualidad de la persona, no del incuestionable gran creador
que también es, resaltaría de Jacinto su trato afable, su cordialidad y su
humildad. En tiempos en los que cualquier recién llegado que dobla una esquina
piensa que es la pierna derecha del Cid Campeador y que sostiene Occidente a
hombros en horario de oficina (e, incluso, fuera de él), Jacinto, pese a su
intenso y extenso curriculum artístico, es un buen hombre, en el sentido
machadiano, y un interlocutor gentil y cariñoso que no agobia a nadie con su amplia
trayectoria profesional, sino que le gana por su bonhomía.
Debo realizar
una confesión final: la mayor parte de los datos que he recopilado en mi exposición
no los he conocido por él, pues Jacinto no va por la vida contando estas cosas,
y lo que he sabido por él ha sido siempre descrito en un tono de amistad y
cercanía de tal intensidad que… era como contar aventuras comunes del día a
día. Como las que, seguramente, poseo yo o posees tú, amable lector de estas
líneas.
Jacinto, el
hombre y el artista, merece este homenaje. Y para mí es un placer y un honor
poder tomar parte en él.
sábado, 26 de agosto de 2023
"PEQUEÑO CANTO A LA SEQUEDA" (LEOPOLDO PANERO)
Pequeño canto a la Sequeda
jueves, 20 de julio de 2023
POEMAS "NOSOTROS"
Nosotros
Faltos de calor humano,
vivimos bajo un cartón
mi compadre Juan y yo.
¡Qué digo, compadre!
¡Hermano!
La vida nos dio de lado.
La vida y su personal.
Nos acogió el soportal.
Y aquí andamos, mano a
mano.
Tuvimos vida anterior.
Existió: nadie lo duda.
Mas toda aquella fortuna,
todo aquello, ya pasó.
Sólo nos queda, hoy, la
calle.
Sobrevivir, ¡qué patraña!
La vida: mucha montaña.
Mucho monte y poco valle.
Y habremos de hacer
camino.
¿Acaso existe otra
opción?
Mientras hay respiración
traigan pan y no mal
vino.
Faltos de calor humano,
vivimos bajo un cartón
mi compadre Juan y yo.
¡Qué digo, compadre!
¡Hermano!
(Antonio J. Quesada: poema extraído de la plaquette "Un hombre que espera quién sabe qué", Jákara Editores, 2021)
martes, 14 de febrero de 2023
CONVERSACIONES DE AUTOBÚS
Los amigos de la Revista Refugios publican mi relato "Conversaciones de autobús", homenaje al autobús, leal compañero de batallas, y a José María Prieto, querido y admirado amigo y Poeta.
https://refugiosrevistacul.wixsite.com/refugios/single-post/conversaci%C3%B3n-de-autob%C3%BAs?fbclid=IwAR0O83Ry2tIqFrHKwnSzhIjUXzutAsS0pcqiT75HnnpmborhWGfa1bqQiqw
CONVERSACIONES DE
AUTOBÚS
Antonio J. Quesada
A mi gran amigo el Poeta José María Prieto
En el autobús escucha uno cada cosa...
- Disculpe, ¿es usted el poeta Aurelio J. Quintana? -me llamó la atención que
la señora le llamara Aurelio “Jota” Quintana, reconociendo el derecho a la vida
de la jota intercalada.
- Sí, pero no se preocupe, que me estoy quitando. Ya casi no ejerzo... -respondió
el poeta reconocido, con tono burlón.
El poeta de la jota intercalada sonrió, intercambió algunas palabras con la
señora y siguió enfrascado en “Teoría y ejemplo”, libro de José María Prieto. “Exquisito,
exquisito”, repetía de vez en cuando, y levantaba la mirada del libro, reflexionando
sobre el texto que acababa de leer. Disfrutando.
El autobús continuó su trayecto y la vida siguió su curso. Aurelio Jota Quintana
permaneció ensimismado con el libro de Prieto. La señora descendió un par de
paradas después de su breve conversación y yo seguí leyendo el “Marca” (el
entrenador del Real Madrid acababa de anunciar que no seguiría la próxima
temporada: menuda faena). Fiel a mi otra gran pasión, debo reconocer que también
inventariaba discretamente a todas las chicas que la vida ubicaba cerca de mi
asiento.
Escucha uno cada cosa en el autobús...
martes, 24 de enero de 2023
"El Derecho desde otra óptica: la cultura como cristal con que se mira"
Se publica el libro "El Derecho desde otra óptica: la cultura como cristal con que se mira". Es el primer volumen de la Colección "Cultura y Derecho", que coordino en Editorial Colex, y se un gran placer tenerlo ya aquí.
https://www.colex.es/libros/derecho-desde-optica-cultura-cristal-mira-3667
La Introducción a este bello trabajo es la que sigue.
INTRODUCCIÓN
Escribir
una introducción o un prólogo para un libro no es tarea fácil. Sobre todo, si
ese libro inaugura una colección que pretendemos que sea vigorosa y nos
conducimos entre dos aguas tan turbulentas como la de la Cultura, con
mayúsculas, y la del Derecho, también con mayúsculas.
Dejó
dicho Azorín, en alguna ocasión, que él no escribía prólogos. Y motivaba con creatividad
su negativa, pues añadía que “los prólogos no sirven para nada. Si el libro es
bueno no necesita prólogo. Y si es malo se hunde a pesar del prólogo”. Estas
palabras no estaban pronunciadas al azar, sino que Azorín se vio entre la
espada y la pared cuando Ernesto Giménez Caballero le solicitó un prólogo para
su libro “Notas marruecas de un soldado”. El Maestro, que de tonto no tenía un
pelo (por eso era Maestro), intuyó que con ese libro EGC iba a ir derechito a
la cárcel, y debió de pensar que él ya estaba muy viejo para acompañar a la
gente a según qué sitios. Por eso consideró más económico que solamente
pusieran entre rejas a uno y no a dos, y salió por los cerros de Úbeda, que no
es mal sitio para salir. Pero la frase es buena y debe meditarse.
También
se cuenta que mi admirado Rafael Alberti, en la puerta de entrada a su
domicilio romano de Via Garibaldi, 88,
había colgado un cartel en el que se podía leer: “no se escriben prólogos ni se
conceden entrevistas”. En perfecto castellano, para que no hubiera duda.
Un
servidor, sin embargo, que no puede compararse con estos grandes de la
Literatura española (aunque peregrine a Via Garibaldi, 88, cada vez que
recala en su amada Roma), sí que escribe prólogos e introducciones de vez en
cuando (generalmente para libros que existen). Y la presente introducción la
escribe con especial felicidad.
Sí.
Así es. Porque estamos dando a luz un proyecto maravilloso, y porque este
primer libro está a la altura del tipo de productos que queremos que tenga
continuidad en esta colección. Preguntaron en cierta ocasión a Juan Rulfo que
por qué había escrito “Pedro Páramo”, y el genial autor respondió que quería
tener ese libro en su estantería, pero no existía, y no le quedó más remedio
que escribirlo él. Sí, de alguna manera es nuestra filosofía: intentaremos
escribir y publicar libros que nos atraigan como lectores, en los que la
Cultura y el Derecho paseen de la mano por la Calle Mayor bardemiana,
para que toda la ciudad pueda verlos y darles las buenas tardes. Somos felices
consumidores de nuestros productos, y… estamos deseando sentarnos, ya, a la
mesa.
Partimos
de la base de que la mayoría de los autores de nuestros trabajos se dedica al estudio
del (y al trabajo con el) Derecho, por supuesto. Pero… hay muchos modos de ser
y de estar en la vida. Y estas personas dedicadas al Derecho a las que aludo
son conscientes de dos argumentos muy interesantes: 1- que en ocasiones no se
puede entender alguna cuestión jurídica, o sería más complicado entenderla, sin
atender a ciertos elementos de tipo cultural. 2- Que en ocasiones no se puede
entender cierto fenómeno cultural o a cierto creador sin atender, de algún
modo, al Derecho en alguna de sus manifestaciones. La carretera permite
circular en ambos sentidos, por tanto, y la conexión es potente y
clarificadora.
Hacemos
un gran favor al mundo del Derecho (¿al mundo, en general?) introduciendo
oxígeno cultural en él. Pero no nos quedamos ahí: estamos, con nuestras
reflexiones, colaborando en la correcta comprensión de algún fenómeno jurídico
o cultural con las armas del otro ejército. Y eso clarifica y enriquece, como
casi todos los mestizajes. Los mestizajes suelen ser fructíferos, y nosotros
llevamos el mestizaje en nuestro ADN. Además, estamos convencidos de que con
nuestra óptica se inocula cultura en el auditorio jurídico y en la sociedad,
algo de lo que siempre estamos muy necesitados. Un simple repaso por los
nombres de las personas implicadas en esta Colección da una idea de la entidad
y filosofía de la misma. Cada libro que se publique será una fiesta
jurídico-cultural, sin duda.
“El
Derecho desde otra óptica: la cultura como cristal con que se mira”,
primer libro de nuestra colección, es un libro mestizo en todos los sentidos.
Es un libro cuyo hilo conductor, sin duda, es el Derecho. Es un libro cuyo hilo
conductor, tampoco cabe duda, es la Cultura. Es un libro en el que comprendemos
que, sin una de estas vertientes no se entendería adecuadamente la otra. Todo
está unido y… comprenderemos plenamente cada trabajo si somos conscientes de
que sin Cultura o sin Derecho dicha comprensión sería imposible.
Por
este libro pasean Jaime Gil de Biedma, Eduardo Mendoza, Pier Paolo Pasolini,
Sade o José María Souvirón, entre otros creadores, y descubriremos en qué
medida se acercaron al Derecho, el Derecho se acercó a ellos o cómo entender
mejor tal o cual detalle u obra gracias al mismo. Detalles en los que, en
bastantes ocasiones, a lo mejor no se había reparado. Con este libro iremos
también al cine, para remirar con otros ojos aquello que ofrece la pantalla
grande y que vemos con los ojos inocentes de Totò en “Cinema Paradiso”, pero
donde también ejerceremos de Alfredo, sosteniendo una mirada más madura. Sigue
el enriquecedor mestizaje, por tanto. Lo tenemos muy meditado: los profesores
de Derecho que trabajamos con cine en nuestra labor profesional amamos tanto el
cine como fin que intentamos, incluso, utilizarlo como medio en nuestro día a
día académico. En el presente libro no escaparemos de la vida real y
reflexionaremos sobre la historia y la memoria, sobre nuestra amada Filipinas
(ese bello país hermano en el que se adentra uno en alguna ocasión y ya no sale
jamás), sobre la guerra y el patrimonio cultural, sobre inmigración y cine (un
auténtico subgénero dentro del género, pues al cine nada de lo humano le es
ajeno), sobre la importancia de la libertad religiosa en la obra de un creador
concreto (derecho fundamental cuyos límites son muy actuales en una sociedad en
la que el multiculturalismo debe entenderse adecuadamente o mal camino
tomaremos), sobre la magistral obra “Gernika”, de Pablo Picasso, y cómo es
esencial remirarla con ojos jurídicos, a la vista de la vida y milagros que ha
tenido el cuadro y que exceden de un magistral lienzo colgado en un museo.
Entre otros temas, claro.
Prologar
este trabajo, este primer trabajo de la colección, es un placer y, ante todo,
un honor. Estoy convencido de ello, porque… uno es muy kantiano para todo en la
vida, y es un placer y un honor escribir estas palabras iniciales de un libro
que, como lector, me parece apasionante. Soy lo suficientemente hábil, a mis
años, como para poder salir del paso con diplomacia ante tal o cual situación
que pudiera incomodarme, pero también soy lo suficientemente honesto, a mis
años, como para no ser capaz de vender crecepelos científicos en el Oeste. Por
ello, si no fuese apasionante este libro que prologo, supongo que se hubiera
notado en mis palabras.
Pero
es, ciertamente, apasionante profundizar en cada tema de los que encontrarán a
partir de ahora, amables lectores. Y como lo que debe hacer el señor o la
señora que ofrece la información meteorológica es, además de proporcionar las
explicaciones imprescindibles para transmitir si hará sol, lloverá o se mantendrá
el inevitable anticiclón en las Azores, permitir que los espectadores vean el
mapa y saquen sus propias conclusiones, lo mejor que podemos hacer es poner fin
a estas líneas y permitir que ustedes disfruten del mapa y no de mi imperfecta
geografía corporal.
Merece
la pena disfrutar de esta obra. Pasen la página, gocen con la lectura y…
perdonen a este prologuista si en algún momento ha tapado demasiado el mapa con
sus explicaciones.
Antonio J. Quesada Sánchez
Director de la Colección “Cultura y Derecho”