Soldados
He guerreado durante bastantes
años.
Los suficientes para saber que
es imposible distinguir
a los jefes enemigos
de los jefes propios.
de los jefes propios.
Hasta en los colores de los
uniformes se parecen.
Gestos, actitudes, todo eso.
Y en las condecoraciones (sus
respectivas chatarras son intercambiables;
también los pechos viriles y las
medallas al valor).
Forman una única carne,
una casta fabricada
para mandar a la muerte
a desgraciados como yo
o ése que tengo enfrente, con
parecido uniforme al mío,
apuntándome.
(Antonio J. Quesada: de "Cuaderno poético del bolchevique sentimental")
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