Mi mundo se derrumba y yo escribo poemas
Este no es el
comienzo de una hermosa amistad.
No hay piedad, no
hay perdón, no hay abrazo.
El mundo se
derrumba y tú escribes poemas
(Juan Cobos Wilkins)
Mi mundo se derrumba y yo
escribo poemas.
Sí, es exactamente así.
Sabedor de que solamente
la creación me salvará,
de que no hay otra
salida,
no queda más opción
que,
mientras todo a mi
alrededor cae a plomo,
escribir mis textillos.
Como el protagonista de
aquella novela de Baroja
que nos obligaban a leer
en el Bachillerato,
y a la que solo
volveríamos por placer con el paso de los años,
constatas que las puertas
se van cerrando, una tras otra.
Los portazos en la nariz
no los evitará nadie, no hay manos amigas.
¿Desencanto?
Puede ser, aunque poco te
encantara de un tiempo a esta parte:
ya sabías de qué iba eso
de vivir.
Tristeza, quizá: por lo
que pudo haber sido
y nos empeñamos en que no
fuera.
Sí, es exactamente así:
mi mundo se derrumba y yo escribo poemas.
(Antonio J. Quesada)
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