miércoles, 6 de marzo de 2013

LUCIDEZ, EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE

Es pretencioso decir de uno mismo que es lúcido (¡estaría precioso, vamos!) pero bueno, al menos puedo estar semiconvencido de que, en líneas generales, me suelo comer la cabeza con más intensidad de lo normal, y todavía me quedan vísceras anímicas en respetable estado e intuiciones que me orientan en la selva y no me fallan (aunque esto no se debe decir: será nuestro secreto).
Alguna vez escribí un poema titulado "Lucidez", aunque no sé por dónde está publicado, si es que lo está (qué cabeza tan impropia traigo hoy para referirme a la lucidez). Aquí lo dejo, a ver si lo releo y comienzo a sentirme lúcido alguna vez.




"La lucidez lo ha arruinado todo”
(Amaya Zulueta: “El dios en el espejo”, de “El dios en el espejo”).


Ni Dios(es)

ni ideología(s)

ni paraíso(s)

ni esperanza(s).

Nada de nada.

La lucidez lo arruinó todo.

Y en eso andamos ahora,

tristemente lúcidos.

2 comentarios:

  1. Es una forma de darle sentido a aquella palabra "lucidez", lo que unos piensan que están lúcidos, para mí, es otra cosa, es el ánimo de no ver lo que de verdad importa.

    Aquí me ves dando una vueltecita por este blog tuyo :p

    Un saludo Antonio.

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  2. ¡Bienvenida, querida Soraya, por estas tierras! Si dedicamos un ratico a pensar y a disfrutar de la belleza, incluso... es un rato bien aprovechado.
    Espero que sigas por este vecindario, recibe un saludo y en breve estamos otra vez trotando por Teatinos, tengo preparadas algunas cositas para la facultad, ya te contaré.

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