Extraigo estas líneas de "Cuaderno poético del bolchevique sentimental", una serie de poemas que publiqué por algún sitio hace ya unos años. Hace unos cuantos años, ya. Hace cada vez más años de todo aquello...
El bolchevique se confiesa
Cumplimos con nuestra misión: tomamos los Palacios de Invierno. Y adornamos todo con nuestras banderas, esos rojos trapos. Y empezó la nueva era. Y teníamos el apoyo de todos. Y era precioso amanecer, con todo por hacer todavía. Sin lastres. Todo era posible. Pero no todo cambió, pese a nuestras buenas intenciones (puede que el hombre, en último término, no tenga remedio). Y por eso medito desde mi trinchera. Con el fusil al hombro, vigilante, atento frente a los enemigos, por si acaso. Pero medito. ¿Es todo esto que ahora me rodea aquello por lo que luché? ¿Realmente? ¿Y ahora qué?
Extraigo estas líneas de "Cuaderno poético del bolchevique sentimental", una serie de poemas que publiqué por algún sitio hace ya unos años. Hace unos cuantos años, ya. Hace cada vez más años de todo aquello...
ResponderEliminarEl bolchevique se confiesa
Cumplimos con nuestra misión:
tomamos los Palacios de Invierno.
Y adornamos todo
con nuestras banderas,
esos rojos trapos.
Y empezó la nueva era.
Y teníamos el apoyo de todos.
Y era precioso amanecer, con todo por hacer todavía.
Sin lastres. Todo era posible.
Pero no todo cambió,
pese a nuestras buenas intenciones
(puede que el hombre, en último término, no tenga remedio).
Y por eso medito
desde mi trinchera.
Con el fusil al hombro, vigilante,
atento frente a los enemigos, por si acaso.
Pero medito.
¿Es todo esto que ahora me rodea
aquello por lo que luché?
¿Realmente?
¿Y ahora qué?