... que la literatura se nutre de experiencias reales, pero que a veces puede ser exhibicionista, y supongo que eso puede agradar menos. Hay quien se coloca las gafas de leer entre líneas para saber qué es verdad y qué no, cuando lo bueno es la verdad literaria (MVLL lo ha detallado esto con buen tino). Pero esto es complicado, y la "autoficción" es lo que tiene: que se mueve uno en el filo de la navaja. Con el texto de Guibert me sucede como con la "Ceremonia del adiós", de mi adorada "Sartreuse": que me deja en calzoncillos a alguien a quien admiro (Foucault o Sartre). Y me da que pensar... Ahora que lo pienso, eso es bueno.
Que en estos días, en que tanto se habla de Lampedusa por temas horribles, siempre que escucho el nombre de la islita me viene a la mente Giuseppe Tomasi (no el torero, il romanziere), su Gatopardo, e, inevitablemente, Visconti y Burt Lancaster. En fin, que la mente vuela sola... y cuando vuelvo a la realidad, ataúdes, incluso blancos, de gentes que huyen del infierno para acabar en otro infierno.
... que la literatura se nutre de experiencias reales, pero que a veces puede ser exhibicionista, y supongo que eso puede agradar menos. Hay quien se coloca las gafas de leer entre líneas para saber qué es verdad y qué no, cuando lo bueno es la verdad literaria (MVLL lo ha detallado esto con buen tino). Pero esto es complicado, y la "autoficción" es lo que tiene: que se mueve uno en el filo de la navaja.
ResponderEliminarCon el texto de Guibert me sucede como con la "Ceremonia del adiós", de mi adorada "Sartreuse": que me deja en calzoncillos a alguien a quien admiro (Foucault o Sartre).
Y me da que pensar... Ahora que lo pienso, eso es bueno.
... que hace diez años que perdimos a MVM, en Bangkok.
ResponderEliminarY ya nada pudo seguir siendo igual.
Que en estos días, en que tanto se habla de Lampedusa por temas horribles, siempre que escucho el nombre de la islita me viene a la mente Giuseppe Tomasi (no el torero, il romanziere), su Gatopardo, e, inevitablemente, Visconti y Burt Lancaster.
ResponderEliminarEn fin, que la mente vuela sola... y cuando vuelvo a la realidad, ataúdes, incluso blancos, de gentes que huyen del infierno para acabar en otro infierno.