Por algún sitio publiqué un poema titulado "Lucidez terminal". Después de remirar "Saraband"... no sé si lo leo con otros ojos o será que sufro una resaca excesivamente bergmaniana.
Lucidez terminal
Ligeramente pálido y a dos pasos del hoyo abierto uno tiene la lucidez necesaria para poder decir en voz alta, ya, “así que esto era todo”. Y para no ser capaz de recordar cuándo comenzó el engaño.
Por cierto, que conste en acta: adoro el cine de Ingmar Bergman. Sin él me costaría bastante explicarme a mí mismo. Por otra parte, ¿a alguien le interesa ese tema? Bueno, a mí a ratos...
Por algún sitio publiqué un poema titulado "Lucidez terminal". Después de remirar "Saraband"... no sé si lo leo con otros ojos o será que sufro una resaca excesivamente bergmaniana.
ResponderEliminarLucidez terminal
Ligeramente pálido
y
a dos pasos del hoyo abierto
uno tiene
la lucidez necesaria para poder decir en voz alta,
ya,
“así que esto era todo”.
Y para no ser capaz de recordar cuándo comenzó el engaño.
Por cierto, que conste en acta: adoro el cine de Ingmar Bergman. Sin él me costaría bastante explicarme a mí mismo.
ResponderEliminarPor otra parte, ¿a alguien le interesa ese tema? Bueno, a mí a ratos...