Estación de Termini
Estación de Termini
en domingo
a las ocho y media de la mañana.
Como siempre, prisas
(inevitable, aunque sea domingo y
aunque sea hora tan temprana).
Algún loco habla solo, a gritos.
Quizá sea el único lúcido del lugar.
Inmigrantes mal dormidos trapichean
(el primer deber de todo ser humano
es sobrevivir).
Paisaje curioso:
turistas que buscan algún autobús,
quizá el 64,
taxistas de vuelta,
una ciudad que despierta
y
yo,
con este cuaderno de cuadritos,
mirando todo
y
escribiendo algo.
(Antonio J. Quesada: "Cuaderno de Roma")
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