jueves, 9 de agosto de 2012
"DUDAS METROPOLITANAS", UN POEMA QUE EXCEDE DE LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA
Cuando tomo el metro (también me sucede con los trenes) casi nunca acierto con la puerta de salida del vagón, si es la de aquí o la de allí (ya sea en Madrid, ya en París, Barcelona, Roma, Seúl o en la mismísima chimbamba). Para terminar de arreglar el asunto, cuando salgo de la parada lo suelo hacer por la boca más lejana a donde voy. Soy así de poco práctico o de despistado. Con el Metro... y con casi todo. En mi "Cuaderno de Roma" escribí este poema, que excede con mucho del ámbito de la red de comunicaciones.
Dudas metropolitanas
¿Por qué
siempre me equivoco de puerta
y nunca acierto a determinar
si la uscita del vagón è di qua
o
di là?
¿Por qué
siempre
salgo del Metro
por la boca más lejana a donde me dirijo?
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El que te preguntaba por la salida era yo, no encuentro ni los carteles.
ResponderEliminarA veces los carteles nos enredan, amigo anónimo. Nos prometen salidas que luego no existen. Y claro, uno se desorienta...
ResponderEliminarun abrazo, desorientado colega, bienvenido al club. Si nos vemos en la próxima parada y somos capaces de encontrar una cafetería, nos tomamos un café,
El problema puede ser que os cuesta seguir la flecha...
ResponderEliminar¡Ah!, pero... ¿ponen flechas? Tendré que fijarme con más detenimiento...
ResponderEliminarGRACIAS, anónimo amigo, por visitarnos, si las flechas nos llevan a un café, estás invitado,
En cualquier caso las flechas pueden ser peligrosas. Al fin y al cabo, no llevamos la manzana en la cabeza. A ver a dónde apuntan...
ResponderEliminarAcabo de llegar de Madrid donde las cárceles de Piranesi me dan el sentido de salida que es el de no hay salida, solo la salida está en uno mismo, buenas vacaciones Antonio.
ResponderEliminarIgualmente, querido amigo Víctor, muy agustiano tu comentario. A lo mejor llevas razón, y las flechas que existen-no existen no hacen más que enredar...
ResponderEliminarun abrazo fuerte,