Hace años era tan inocente que publicaba libros. En un arrebato de lucidez me cansé del mundo de las editoriales, de los poetas y de las gaitas celestiales y me alejé de todo eso para disfrutar por otros lados. Ahora vuelvo a asomar tímidamente la cabeza, con "Pandémica o Zeleste", pero intento ser más lúcido.
De todas formas, volví a las andadas y presenté un libro a una editorial, a ver qué pasaba. Me dijeron que sí, pero anda durmiendo el sueño de los justos: hacen toreo de salón con la cosa y, por tanto, dicha cosa no va.
De ese poemario, titulado "El revés de la nada", extraigo el primer poema para publicarlo en este blog. Ya que la puerta está cerrada, saldrá por la ventana. En él más o menos me autodefino (o me "desdefino"), que no sé si está bien, mal o regular.
De ese poemario, titulado "El revés de la nada", extraigo el primer poema para publicarlo en este blog. Ya que la puerta está cerrada, saldrá por la ventana. En él más o menos me autodefino (o me "desdefino"), que no sé si está bien, mal o regular.
Feliz domingo.
Autorretrato (decididamente incompleto)
Me llamaron
Antonio Quesada
como a mi abuelo (el marino).
Todavía me siguen llamando así (aunque yo añadí una inquietante jota en medio).
Nací en Málaga
(como pude haber nacido en Torrevieja)
hace algunos años (ya unos cuantos, y cada vez son más)
y
me doctoré en Derecho con un buen expediente.
No pasé
por ninguna Facultad de Letras ni de Ciencias de la Información.
Ya sé
que mi destino natural hubiese sido
juguetear con códigos legales
(penales, civiles e inciviles)
y
multiplicar dineros entre notarios, jueces y abogados.
Pero
alguna vez
me dio por escribir
y
me desvié de mi trayectoria predeterminada.
Abrir ventanas, ventanas, abramos ventanas y hagamos volar nuestra imaginación, nuestra creación, solo abriremos la puerta cuando sean auténticos amigos, por las ventanas los encuentros pueden ser vuelos, vuelos de libertad y además la casa queda aireada...un abrazo.
ResponderEliminarLas ventanas son mucho más sugerentes para entrar y salir: la gente decente entra por las puertas, pero a los que nos gusta ser furtivos, aunque sea a tiempo parcial, las ventanas nos dan mucho juego...
ResponderEliminarun abrazo, amigo Víctor, de ventana a ventana