En una de mis imprudencias ("Desde el otro lado del espejo") incluí este poema, que incide en ello.
A ver si, tras hacerlo en verso, lo termino traspasando a la vida real,
un abrazo,
Antonio
La partida Lo sé: llegará el día en que guarde mis cosas en una pequeña maleta y parta. Mi carta de identidad (en el fondo, para el Estado somos un número terminado en letra), algunos libros imperfectos que escribí, algunos libros perfectos que leí (Kavafis, Wilde y algún otro), y tu foto, para no marcharme totalmente solo. Cerraré con llave e iré a la estación de trenes. Miraré por última vez mi ciudad y marcharé. Y volveré a comenzar en algún sitio, lejos de todo y de todos.
Estoy pensando... posiblemente habría cola para pagarme un billete de ida (sólo de ida, claro) a mi querida Seúl.
ResponderEliminarNo: me parece que Seúl queda demasiado cerca...
... No vaya a ser que dé un saltico y me plante otra vez en Málaga...
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