Se supone que tengo un poemario a punto de salir desde hace año y medio, "El revés de la nada". Hace año y medio, pero se supone que... a punto de caer: lo que no se sabe exactamente es el sitio en que caerá, pasa como con la basura espacial. Pero a punto, vamos: no pestañeo por si sale a la calle en ese momento y me lo pierdo.
La verdad es que me entran ganas de retirarlo de la editorial, pues cansa pasar dieciocho meses sentado al lado del teléfono esperando que suene. Pero tengo tal desgana con el tema, la misma con la que lo remití, posiblemente, que ni para retirarlo tengo fuerzas. Estoy como al margen, ya.
La verdad es que me entran ganas de retirarlo de la editorial, pues cansa pasar dieciocho meses sentado al lado del teléfono esperando que suene. Pero tengo tal desgana con el tema, la misma con la que lo remití, posiblemente, que ni para retirarlo tengo fuerzas. Estoy como al margen, ya.
Hay poemas interesantes, en ese libro. Como, por ejemplo, uno en el que intento hacer una especie de autorretrato (hay varios en este plan, debo ser un inconsciente).
Ahí lo dejo: así me hago la ilusión de que se ha publicado, incluso, el libro.
Quizá para el próximo Campeonato del Mundo de Natación Sincronizada...
un abrazo,
¿Qué soy?
Preguntas
que
yo
qué soy exactamente.
Así, sin más.
Y
la respuesta no es fácil,
pues
depende de dónde esté.
Entre poetas, soy jurista.
Entre juristas, poeta.
Entre norteños, del sur.
Entre sureños, del norte.
Entre rigurosos, informal.
Entre informales, riguroso.
Entre conservadores, progresista.
Entre progresistas, conservador.
Entre cristianos, anarquista.
Entre anarquistas, cristiano.
No sé,
por tanto,
qué soy.
Depende. Yo pasaba por aquí. Sin más.
Leve mentirijilla: lo remití con cierta ilusión. Sin esperanza no pueden plantarse olivos.
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