"El beso de la mujer araña" es una bellísima novela de Manuel Puig que
fue llevada al cine en una coproducción brasileño-estadounidense
(extraña combinación...) protagonizada por unos excelentes William Hurt,
Raúl Juliá y Sonia Braga (aquella actriz que, en mis tiempos de niño,
siempre nos resultaba tan sugerente por lo bella que era, por el
apellido tan provocador, pues nos parecía
imposible que una mujer tan guapa se llamase "braga", y porque decían
que era la novia de Robert Redford, ¡cómo le envidiábamos!).
La obra creativa, libro y película, no tiene desperdicio y resulta muy sugerente por muy diversas razones: como obras creativas en sí, pero también por el homenaje a la creación que encierran, por la toma de conciencia que suponen, por la superación de prejuicios y maniqueísmos... En fin, por tantas razones. Posiblemente tenga bastante que ver como referente para "Fresa y chocolate" y el texto de Senel Paz que subyace.
De tantas sugerencias que inspira, personalmente, esta tarde de domingo en que ha vuelto a salir el sol me quedo con la influencia mutua que se aprecia en los personajes, que encauzan sus trayectorias con caracteres del otro. Lo que algunos estudiosos llamaron, en otro ámbito, la sanchificación del Quijote y la quijotización de Sancho, vamos, que se da en tantas relaciones humanas. Como no soy un estudioso, sino un gozador (y un poeta de domingo con conciencia de lunes, en el mejor de los casos), simplemente apunto el dato y tengo tema de reflexión para lo que me queda de fin de semana. Antes de que mañana vuelva a mover papeles con la nariz en horario de oficina y a resolver todo eso tan vital para Occidente que cada uno de nosotros lleva adelante en su profesión.
Y, de paso, recomiendo el libro exquisito del exquisito Puig y la brillante película de Babenco.
La obra creativa, libro y película, no tiene desperdicio y resulta muy sugerente por muy diversas razones: como obras creativas en sí, pero también por el homenaje a la creación que encierran, por la toma de conciencia que suponen, por la superación de prejuicios y maniqueísmos... En fin, por tantas razones. Posiblemente tenga bastante que ver como referente para "Fresa y chocolate" y el texto de Senel Paz que subyace.
De tantas sugerencias que inspira, personalmente, esta tarde de domingo en que ha vuelto a salir el sol me quedo con la influencia mutua que se aprecia en los personajes, que encauzan sus trayectorias con caracteres del otro. Lo que algunos estudiosos llamaron, en otro ámbito, la sanchificación del Quijote y la quijotización de Sancho, vamos, que se da en tantas relaciones humanas. Como no soy un estudioso, sino un gozador (y un poeta de domingo con conciencia de lunes, en el mejor de los casos), simplemente apunto el dato y tengo tema de reflexión para lo que me queda de fin de semana. Antes de que mañana vuelva a mover papeles con la nariz en horario de oficina y a resolver todo eso tan vital para Occidente que cada uno de nosotros lleva adelante en su profesión.
Y, de paso, recomiendo el libro exquisito del exquisito Puig y la brillante película de Babenco.
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