Hace unos cuantos días que no lanzaba ninguna botella al mar de Facebook, e incluso alguno pensaría que me había ahogado en los mares del sur, que tanto me interesan como sitio de huida.
Había una razón de peso: he pasado unos días bellísimos como interviniente en el Festival Quatre Chemins, celebrado en Port-au-Prince, capital de Haití, durante esta semana pasada. Llevé a cabo diversas lecturas y encuentros creativos con un público muy sugerente y con poetas en lengua criolla (allí sonó el francés, más mal que bien por mi parte, pero in crescendo, el castellano, el criollo, el italiano y el catalán, incluso). He pasado unos días maravillosos, empapándome de la cultura haitiana, interviniendo en el festival y quedando con un recuerdo imborrable de esta estancia y con un hueco para Haití en mi corazón (gracias, amigos haitianos, Mèsi, zanmi ayisyen). Haití es una tierra hospitalaria a descubrir, y en estos días he intentado hacerlo.
Gracias, amigos del Festival, por la invitación. Ha sido un LUJO compartir lecturas con poetas en lengua criolla, así como conocer a Indran Amirthanayagam, un poeta maravilloso que se ha hecho un hueco muy interesante en mi altar de amigos creativos.
Hoy volví a Málaga, a seguir con el día a día. No queda otra: la razón la llevan los días laborables.
Lo sabemos todos.
Había una razón de peso: he pasado unos días bellísimos como interviniente en el Festival Quatre Chemins, celebrado en Port-au-Prince, capital de Haití, durante esta semana pasada. Llevé a cabo diversas lecturas y encuentros creativos con un público muy sugerente y con poetas en lengua criolla (allí sonó el francés, más mal que bien por mi parte, pero in crescendo, el castellano, el criollo, el italiano y el catalán, incluso). He pasado unos días maravillosos, empapándome de la cultura haitiana, interviniendo en el festival y quedando con un recuerdo imborrable de esta estancia y con un hueco para Haití en mi corazón (gracias, amigos haitianos, Mèsi, zanmi ayisyen). Haití es una tierra hospitalaria a descubrir, y en estos días he intentado hacerlo.
Gracias, amigos del Festival, por la invitación. Ha sido un LUJO compartir lecturas con poetas en lengua criolla, así como conocer a Indran Amirthanayagam, un poeta maravilloso que se ha hecho un hueco muy interesante en mi altar de amigos creativos.
Hoy volví a Málaga, a seguir con el día a día. No queda otra: la razón la llevan los días laborables.
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