Lo bueno que tiene empaparte de los grandes es que, a veces, descubres verdades personales formuladas de modo que ni tú mismo, a lo mejor, sabrías condensar con tanta exactitud. Descubro esta respuesta de Jaime Gil de Biedma a una pregunta de Federico Campbell (Campbell, Federico: "Infame turba. Entrevistas a pensadores, poetas y novelistas en la España de 1970", Lumen, Barcelona, 1994, 2ª edición, p. 227):
"Lo único que quería era solventar de una vez el problema de ganarme la vida, estar tranquilo y poder pensar en mis cosas".
Sí: es exactamente eso.
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