El mundo es un psiquiátrico sin verjas. Menos mal que es domingo, y puedo dedicar mi tiempo a reubicarme.
Hoy corrí la XXXIV Carrera Urbana de Málaga e hice ese tiempo excelente al que aspira alguien que no entrena: 54 minutos. Suficiente.
Tengo entre manos una biografía de Sabina, un libro sobre la ruptura Camus-Sartre (que me reafirma en mi idea de que era Camus quien tenía más lógica, aunque Sartre sea un genio que a los estetas nos apasiona; ¿quién nos obliga a elegir?) y una biografía de Leonardo Sciascia. Demasiada tarea para estar ahogado por el gris día a día. Las lecturas van lentas. Inevitable.
Todavía tengo el buen gusto de la velada coreana del pasado jueves. Compartir acto con un gran escritor siempre es sugerente, uno intenta no hacer el ridículo y acaba saliendo una cosa digna. Para alguien dedicado a explicar Derecho todo esto es un regalo de los dioses.
Mañana lunes participo en una lectura poética en Málaga. No es normal que cuenten conmigo para estas cosas, así que estoy muy agradecido y con el deber de elegir cosillas poéticas. Me conozco: lo acabaré haciendo sobre la marcha. Cuando presenté "Cuaderno de Roma" leí poemas, pero también me enredé en otros temas y acabé exponiendo mis recetas de supervivencia a base de pasta, practicadas allá en Roma. Las cosas del directo.
Mañana es lunes: la razón la tienen los días laborables, nos lo enseñó Gil de Biedma.
Y ya está bien de exhibicionismo bloguero. Después de este rato de pensar con los dedos el mundo sigue siendo un psiquiátrico sin verjas, yo sigo celebrando que todavía es domingo (aunque esto se acaba...), pero considero que es mejor no reubicarme, pues siempre es duro enfrentarse a las miserias de uno mismo.
Feliz comienzo de semana.
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