Estoy escribiendo un poema titulado "El muchacho de los ojos tristes", no sé por qué (será porque las cosas vienen así, supongo). Mientras daba un paseo con el brazo en cabestrillo me vino a la mente ese precioso título, y no tuve más remedio que enfrascarme intentando llenar de contenido armónico tan bello continente. En ello estoy.
No nací ayer: recordé que Jeanette tiene una melancólica canción con ese título y le he puesto la siguiente dedicatoria al poema: " A Jeanette, pues en otros tiempos también ella trató a un muchacho de ojos tristes".
Uno no quiere líos, ya, a estas edades. Además, uno se tiene también por un caballero...
De noche, en ratos de pérdida de sueño, esos ratos de descarnada lucidez, me están saliendo los versos más duramente bellos.
ResponderEliminarDebería hacérmelo mirar...
Antonio me tienes entre risa y llanto .Me encanta.Está lleno de vida.No te lo hagas mirar ,temo que no lo van a saber tratar.
ResponderEliminarjajajaja, a mis años estas cosas ya no tienen buen remedio, jajaja, ¡abrazos, amiga!
ResponderEliminarLa dedicatoria final dice así: "A Jeanette, pues en otros tiempos también ella trató con un muchacho
ResponderEliminarde ojos tristes. Para ella, este poema nocturno".
Sí.