Cada día estoy más harto de la mediocridad, empezando por la mía. Cada día estoy más harto de las mediocridades: quiero gozar. Por ejemplo, el mundo está poblado de personas incapaces de sostener una conversación chispeante, que van por ahí aburriendo al resto del mundo, que si no se ha suicidado todavía será por falta de convicción o por pereza. Lo que faltaba: encima, aburrirme cuando me toca al lado a un muermo de siete suelas. Y con un poco de mala suerte, incluso con ínfulas, "casi ná". No: prefiero lo que sea al aburrimiento. La creación vertebra mi vida, eso lo sé desde hace un tiempo (sea yo un creador grande, mediano o pequeño, que eso es otro tema), pero creo que la conversación es también una de las bellas artes. Algunos de esos seductores que tanto me sedujeron la practicaban como tal: Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, Terenci Moix. Abundan otros grandes conversadores por aquí y por allá (un gusto escucharles y/o leerles: Fernando Arrabal, Francisco Umbral, Oscar Wilde, etc.) incluso otros que me interesan menos también han hecho de ella un arte, léase Antonio Gala. No se le puede pedir a nadie que sea un genio, pero lo menos que se puede pedir a un interlocutor cortés es que no aburra al personal. Y si esa persona que tengo al lado, además de no dejarme indiferente, me aporta algo, chico... hoy es domingo. Por cierto, hoy todavía es sábado...
Voy mejorando. Releo y sólo una errata: "Lo que faltaba: encima, aburrirme cuando me toca al lado un muermo de siete suelas", quería decir. Es el problema de pensar con los dedos: que las erratas se terminan leyendo.
Cada día estoy más harto de la mediocridad, empezando por la mía.
ResponderEliminarCada día estoy más harto de las mediocridades: quiero gozar. Por ejemplo, el mundo está poblado de personas incapaces de sostener una conversación chispeante, que van por ahí aburriendo al resto del mundo, que si no se ha suicidado todavía será por falta de convicción o por pereza. Lo que faltaba: encima, aburrirme cuando me toca al lado a un muermo de siete suelas. Y con un poco de mala suerte, incluso con ínfulas, "casi ná". No: prefiero lo que sea al aburrimiento.
La creación vertebra mi vida, eso lo sé desde hace un tiempo (sea yo un creador grande, mediano o pequeño, que eso es otro tema), pero creo que la conversación es también una de las bellas artes.
Algunos de esos seductores que tanto me sedujeron la practicaban como tal: Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, Terenci Moix. Abundan otros grandes conversadores por aquí y por allá (un gusto escucharles y/o leerles: Fernando Arrabal, Francisco Umbral, Oscar Wilde, etc.) incluso otros que me interesan menos también han hecho de ella un arte, léase Antonio Gala.
No se le puede pedir a nadie que sea un genio, pero lo menos que se puede pedir a un interlocutor cortés es que no aburra al personal. Y si esa persona que tengo al lado, además de no dejarme indiferente, me aporta algo, chico... hoy es domingo.
Por cierto, hoy todavía es sábado...
Voy mejorando. Releo y sólo una errata: "Lo que faltaba: encima, aburrirme cuando me toca al lado un muermo de siete suelas", quería decir.
ResponderEliminarEs el problema de pensar con los dedos: que las erratas se terminan leyendo.