Mañana, 8 de enero, se cumplen veinticinco años de la muerte de Jaime Gil de Biedma. Un buen día para recordarle, aunque su poesía nos acompañe los trescientos sesenta y cinco días del año (acabamos de salir de las fiestas de navidades: tenemos frescos buenos ratos de hipocresías y de ficciones). Jaime nos dejó prematuramente, como todos sabemos, pero también nos legó una exquisita poesía que nos ayuda a disfrutar creativamente cada vez que nos acercamos a ella.
Cada día me interesan menos cuestiones, y se me nota más ese desinterés (me hago viejo, es decir, menos diplomático; antes se me notaba menos todo esto...), pero cada día soy más agradecido con quien es capaz de aportarme creatividad. JGB me regaló una poesía apabullante que, además, me suele acompañar en mis viajes.
Suelo decir que, cuando muere un creador, este mundo es un poco peor (porque, además, el mundo es de los mediocres y de los envidiosos, pero esto es otro tema). Pero cuando fallece un creador de la talla de JGB, somos verdaderos viudos.
Como homenaje a JGB, de sus "Poemas póstumos" quiero entresacar "De vita beata", quizás porque a lo mejor aspiramos a eso (partiendo de la base de que nuestra cabeza albergase algún sucedáneo de cerebro del que pudiera predicarse la inteligencia, que ya es mucha base de la que partir).
Gracias, JGB.
Cada día me interesan menos cuestiones, y se me nota más ese desinterés (me hago viejo, es decir, menos diplomático; antes se me notaba menos todo esto...), pero cada día soy más agradecido con quien es capaz de aportarme creatividad. JGB me regaló una poesía apabullante que, además, me suele acompañar en mis viajes.
Suelo decir que, cuando muere un creador, este mundo es un poco peor (porque, además, el mundo es de los mediocres y de los envidiosos, pero esto es otro tema). Pero cuando fallece un creador de la talla de JGB, somos verdaderos viudos.
Como homenaje a JGB, de sus "Poemas póstumos" quiero entresacar "De vita beata", quizás porque a lo mejor aspiramos a eso (partiendo de la base de que nuestra cabeza albergase algún sucedáneo de cerebro del que pudiera predicarse la inteligencia, que ya es mucha base de la que partir).
Gracias, JGB.
En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.
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