De vita beata
¡Qué tranquilamente
viven
los muertos!
Allá en sus tumbas,
columbarios
o
donde apaciblemente residan.
Sin necesidad de justificarse
constantemente
ni
de hacer frente a los reproches
(reproches y reproches y reproches
y reproches y más reproches y más reproches…).
Definitivamente
admiro
la tranquilidad
con que viven
los muertos.
(Antonio J. Quesada)
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