sábado, 17 de octubre de 2015

RETORNO DE LO VIVO LEJANO

¡Qué presente está el pasado! Qué vivo y qué cambiante puede ser... Y a veces desembarca por un olor, un sabor, una música... Por lo que sea, qué voy a descubrir, de Proust para acá, sobre este tema.
Esta mañana de sábado, en la Facultad vacía a la que voy a echar unas horitas, acudo a la máquina del café (una amiga que jamás me ha fallado) y... el olor del café de máquina me devolvió a los descansos que hacía durante la tarde en la Biblioteca della Camera dei Deputati italiana, en Via del Seminario (vicino Panteon). Para estudiar esas cosas tan serias a las que dedico mi tiempo manejaba gran cantidad de libros en italiano y francés, cargados de notas al pie, y a veces necesitaba un respirito. Algo tan humilde como un café de máquina en una biblioteca puede permitirte volver a recordar entrañables momentos (dentro y, sobre todo, fuera de la Biblioteca científica). Y recordar es como volver a vivir, lo tengo muy escuchado por aquí y por allá.
Aquella máquina romana tampoco me falló nunca. Era una buena amiga, también.
Total, que hoy me evadí durante un ratito. Y, además, tuve un sencillo desayuno de los de las nueve y media.



 
 
 

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