Vivir
Y así voy llenando mis días,
porque vivir,
en el fondo,
era eso
(o algo parecido a eso).
Vegetar laboralmente
para poder costear
el Grand Marnier,
las Poesías Completas de no sé quién
o esa inteligente película que deseas
tener cerca
en todo momento.
Defendernos frente a los ataques
y los fuegos, amigos o enemigos,
para llegar a mañana
relativamente indemnes.
Y arrancar al entorno el derecho
a vivir paréntesis felices,
con cierto cargo de conciencia.
Pues,
no te engañes,
la felicidad no la diseñaron para gente
como tú.
Con un guiño cariñoso a mi amiga Mamen, que me parece que a lo mejor también sabe algo de esto, y puede entrar en debate con ese yo poético que cargo a cuestas.
ResponderEliminarAyyy Antonio, se más de lo que me gustaría de esto, algunos de nosotros cada vez pagamos más por esos paréntesis, menos mal que podemos unirnos ante la adversidad y poner el hombro para ayudarnos a cargar esos "yo" personales...
EliminarEres grande, un abrazo.
Mamen
Sabía que hablábamos la misma lengua, mi querida amiga y cómplice de batallas... Un abrazo muy fuerte,
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