Cuentan que cuando Omar Torrijos leyó “El otoño del
patriarca” llamó a su amigo Gabriel García Márquez para felicitarle por el
libro, y le regaló los oídos con una frase mítica: “Tu novela es magnífica.
Efectivamente: los dictadores somos así”.
Recuerdo la anécdota tras haber visto, robando horas
al sueño, como siempre hago para ver buen cine, “Midnight in Paris”. Era una
laguna y ha merecido la pena dormir menos tiempo. Posiblemente no sea una obra
maestra, pero… me parece
una película magnífica y, lo que es más importante, el efecto que me ha provocado
es un tesoro que para mí queda. Es imposible no identificarse con el
protagonista, un creador que tiene su mundo propio y, obviamente, choca con la
realidad, mucho más gris que todo eso que lleva en su interior y a lo que desea
dedicar su vida. Un lletraferit que
tuvo que pactar con el día a día, para sobrevivir, y que puede que en algún
momento deje de hacerlo.
Quedas con la sensación de que tú también querrías protagonizar
esta película. Y me acuerdo, claro, de la frase de Omar Torrijos. A Woody Allen
le diría: “Enhorabuena, Woody, los lletraferits
somos así”.
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