Mirando por aquí, por allá y por más allá (que no por el más allá, a tanto no llegué) me encuentro este versillo. Volando va, volando viene...
Reflexiones desde Grazalema
Paseando por el campo he encontrado
un árbol hueco precioso,
ideal para esconderse y jugar durante horas.
¿Quién me robó este árbol
cuando yo era pequeño?
Precioso lo que encontraste...
ResponderEliminarEs el peor momento, el más amargo y triste, cuando descubres que existió y te lo robaron…
Gracias, amiga Mamen, por tu mensaje... Tengo la sensación de que llego tarde a casi todo.
ResponderEliminarPodríamos jugar de adultos pero desgraciadamente lo hemos olvidado.
ResponderEliminarEs otra opción, amigo anónimo, pero... ¿no tienes la sensación de que está mal visto? Y el día a día nos enreda en tareas prescindibles y... así no hay quien sea niño (hay que ser muy maduro para darle al juego la atención que requiere).
ResponderEliminarBienvenido, amigo, a este foro con árbol de fondo.
Se podía jugar con cualquier cosa, absolutamente todo. Ahora los placeres son más complejos y requieren mayor esfuerzo.
ResponderEliminarSiempre es triste encontrarse con lo que pudo ser y no fue, o con lo que fue tan dulce y ya simplemente no es. Bonitos versos.