jueves, 1 de marzo de 2012

VISCA EL SEXE DELS ÀNGELS

"Lleonard o el sexe dels àngels" es una novela que escribió el gran Terenci del Nilo allá por el pleistoceno medio de los años 60, años revueltos, y dejó así como colgada, según nos cuenta Pere Gimferrer por algún sitio. Con el tiempo, Terenci rescataría todo aquello y en el año 1992 le dieron el Premio de Novela Ramon Llull por ella.
Menos mal que la rescató: Terenci se convierte en Notario fiel de la Barcelona de los 60, describiendo con humor el pessebre cultural català, sin que falte ninguna de sus figuritas (ni siquiera el caganer), en los tiempos grises del Centinela de Occidente, que no terminó de acabar con la cultura de la tierra. Están casi todos, en ese clima de grisura oficial y efervescencia oficiosa: desde los fascistas de toda la vida hasta las mentes más inquietas, los creadores bajo palabra de honor, los izquierdistas canónicos, los catalanistas también canónicos, más izquierdosos y catalanistas de diversos pelajes, decoradores de interiores e, incluso, de exteriores, homosexuales, locas y locazas, catalanistas-papanatas que leían todo lo que salía en català, por malo que fuera, pero nada en castellà, por bueno que fuera (bueno, salvo "El Quixote", del Miquel de Servantes, sí; noi molt maco, aquest Miquel).
Los espectros de Barral, de Pla, de la Balcells, de los "latinochés", de Castellet, de Bocaccio, de los Regàs y de tantos otros (del propio Terenci) aparecen y desaparecen, y en el centro de todo, como un San Sebastián o como esa criatura divina del Teorema pasoliniano (le pongo la cara de Terence Stamp, será por algo), Lleonard, rompeolas de todas las pasiones de todo tipo (eróticas, patrióticas, literarias, geográficas, históricas...).
"El sexe dels àngels". Esencial para disfrutar de una obra de arte, pero también para reflexionar sobre la creación, sobre el mundo de los creadores y sobre Catalunya o las Catalunyas existentes, unas más bellas que otras. Y la gran duda... ¿estaremos dando vuelta al sexo de los ángeles, o esto que hacemos, sea lo que sea, merece la pena?
Imprescindible lectura, en tot cas, para abrir la mente ("ah!, alerta!", que diría Monegal): és imprecindible entendre que respectar la pluralitat d'un Estat i les seves múltiples cultures ens enriqueix a tots, i amb aquesta novel·la ens enriquim tots.
Visca Terenci! Visca el sexe dels àngels! Y viva la literatura bien hecha, sea en la lengua que sea, pues como dijo aquel, una lengua se ve beneficiada si se escribe buena poesía y buena narrativa con ella, antes que pintadas en las paredes.

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