Una indiscreción: ¿no han mirado distraídamente un álbum de fotos en algún sitio y se han topado, de repente, con una nariz muy de la familia, casi borbónica, unos hoyuelos, un gesto, una mirada, y se han dicho "no sé quién es, pero éste es de mi familia"? Y luego han confirmado que sí, que era el tío Leopoldo, aquel que se lo jugaba todo a las cartas (incluida la tierra de labranza, el reloj de pared traído de París o a la propia tía Angustias), o la tía Ana, que se quedó soltera y llenaba su casa con fotos de los sobrinos, quién lo iba a pensar... O alguna otra figurita del pesebre familiar, incluso un caganer más o menos vocacional, cualquiera sabe.
Literariamente puede pasar algo parecido, y a veces uno topa con textos y dice "no sólo es que me guste, es que este tipo es de mi familia". Eso me sucedió a mí con Karmelo C. Iribarren, poeta de mi familia: es inevitable, leyéndole me siento en casa. Y la Editorial Renacimiento ha cuidado mucho sus trabajos (como todos los que saca: un lujo para el lector), da gusto leerlos, tanto por el contenido como por el continente.
Del libro "Desde el fondo de la barra", extraigo este poema que, ¡oh cabrón!, me hubiese encantado escribir. Pero como está escrito y redondo... ahí lo llevan. Dolerá a tanto engolado que anda por ahí suelto... y me alegro.
Un abrazo de tu primo de Málaga, Karmelo. Y saludos a la familia.
Para esto sirve la gloria
(Frente al busto de Baroja)
Para que te caguen
las palomas
encima,
y te meen los perros
debajo,
y tú
te tengas que quedar
ahí,
sin despegar
los labios,
porque ya
has dicho todo
lo que tenías
que decir.
genial nuestro primo Karmelo!!
ResponderEliminarEl primo Karmelo es un genio, afortunadamente cada vez más conocido.
ResponderEliminar¡Las que se montan en las reuniones familiares!
un abrazo, amigo Víctor, feliz entrada de año,