Recuerda Gabriel Ferrater, en una conocida carta a Carlos Barral, una viñeta del New Yorker en la que se ve a unas ratas abandonando un barco, mientras otra rata se queda y exclama: "¡yo podré ser una rata, pero un desertor no lo seré nunca!".
Alguna vez aludí en algún poema que tengo por ahí a aquel caso en el que es la causa la que deserta de uno. Por algún sitio estará: el poema y, a lo mejor, incluso la causa. Enredando.
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