Se acercan las fiestas de Navidad y empiezan a llover felicitaciones navideñas. Y se agradecen, que el que se acuerden de uno con cariño siempre se agradece, en los tiempos que corren. Pero aunque lo agradezco de corazón, reconozco que todo esto de la Navidad no va conmigo.
Mas tampoco me gustan esas felicitaciones canónicamente contrarias a la Navidad y que hacen mofa de cada detalle: que cada uno celebre (o no) lo que quiera siempre que no se meta con el de al lado. Mi reino no es de ese mundo, pero... que quien quiera lo celebre y disfrute mucho. Y deje vivir, claro.
Es la clave: que cada uno desarrolle su personalidad sin meterse con el de al lado. Y a convivir. Por eso, con la misma firmeza con la que critico tanto a este país ("este país de todos los demonios", que decía Gil de Biedma en un mítico poema), también estoy muy satisfecho de poder ser objetor de conciencia a todo esto de luces, belenes, adornos, misas de gallo y no sé qué y que ello no implique nada, pues como bien sabemos, en otros sitios hay que seguir la religión mayoritaria por narices (como aquí, hasta no hace mucho). Al César lo que es del César.
En fin, que no me va esto de la Navidad, pero que de corazón deseo a todo el mundo lo mejor para estos días. Quien crea, que pida a su Dios mucho y bueno; quien sea tibio que disfrute tibiamente y quien no crea, pues que sobreviva a su manera. Y lo hago con una bella fotografía de la meva amiga Salut Grifell, fotografía de la meva estimada Ciutat de Vic, la Plaça Major, aquesta plaça molt italiana i que m'agrada moltissim. Gran artista, Salut: gràcies!
Felices fiestas, amigos; belli giorni di Natale; molt bon Nadal a tothom.
Mas tampoco me gustan esas felicitaciones canónicamente contrarias a la Navidad y que hacen mofa de cada detalle: que cada uno celebre (o no) lo que quiera siempre que no se meta con el de al lado. Mi reino no es de ese mundo, pero... que quien quiera lo celebre y disfrute mucho. Y deje vivir, claro.
Es la clave: que cada uno desarrolle su personalidad sin meterse con el de al lado. Y a convivir. Por eso, con la misma firmeza con la que critico tanto a este país ("este país de todos los demonios", que decía Gil de Biedma en un mítico poema), también estoy muy satisfecho de poder ser objetor de conciencia a todo esto de luces, belenes, adornos, misas de gallo y no sé qué y que ello no implique nada, pues como bien sabemos, en otros sitios hay que seguir la religión mayoritaria por narices (como aquí, hasta no hace mucho). Al César lo que es del César.
En fin, que no me va esto de la Navidad, pero que de corazón deseo a todo el mundo lo mejor para estos días. Quien crea, que pida a su Dios mucho y bueno; quien sea tibio que disfrute tibiamente y quien no crea, pues que sobreviva a su manera. Y lo hago con una bella fotografía de la meva amiga Salut Grifell, fotografía de la meva estimada Ciutat de Vic, la Plaça Major, aquesta plaça molt italiana i que m'agrada moltissim. Gran artista, Salut: gràcies!
Felices fiestas, amigos; belli giorni di Natale; molt bon Nadal a tothom.
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