viernes, 29 de julio de 2011

ELEGÍA HETERODOXA

La muerte de mi padre ha sido el suceso más terrible que he tenido que afrontar de momento en la vida. Escribí algunos textos para exorcizar lo exorcizable, para sobrellevar lo no sobrellevable. Entre ellos, esta "Elegía heterodoxa", como homenaje a mi padre y a Miguel Hernández, paisano de Orihuela, que fue premiada con un Accésit en el Concurso de Poesía de la UMA 2010.


Elegía heterodoxa

“(…) y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos”
(Miguel Hernández, “Elegía”, “El rayo que no cesa”)

A mi padre, el hombre más bueno que conocí. Con todo mi amor de hijo.

Siempre llega la muerte antes de tiempo.
Nunca nos acostumbramos al adiós.
Acabamos en viento: siendo viento.

PADRE: gracias por todo. Tú me hiciste,
generosamente, como soy. Mas
marchaste, prematuro, y quedé triste.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

Me faltan las palabras, expresivas,
para hablar de tu bondad, inabarcable,
y de mi alma, repleta de evasivas.

PADRE: nunca te dije que te amo.
Que fuiste lo mejor que viví nunca.
Te perdí y en mis versos te reclamo.

Llegamos tarde a lo vital, a lo importante:
faltan palabras, roces y caricias,
abrazos…: demostrar amor a nuestro amante.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

Concluyo estos versos ya sin calma,
para mostrarte, PADRE, para siempre,
los números rojos de mi alma.

Siempre llega la muerte antes de tiempo.
Nunca nos acostumbramos al adiós.
Acabamos en viento y siendo viento.

2 comentarios:

  1. Llevo mucho tiempo intentando acostumbrarme al adiós… y por más que lo intento, solo puedo decir “hasta luego”, me resulta difícil y muy doloroso…
    Me parecen tan dulces los versos que dedicas a tu padre… seguro que cuando paseas y el viento hace que sonrías sin motivo alguno… él tiene algo que ver… a mi me sucede, cuando paseo… y mi madre hace que sonría… con la brisa del mar…
    “No perdono a la muerte enamorada…” aunque entiendo que se enamorara de ella.

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  2. GRACIAS por tu mensaje, amiga Mamen, éste me llega muy dentro por motivos obvios.
    Qué traicionera es la muerte, qué de charlas, besos y cariños deja en el aire...
    GRACIAS por estar cerca,
    un abrazo

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