Los críticos sabios que en el mundo han sido coinciden en que el Alberti de "Roma, peligro para caminantes" no es, seguramente, el mejor Alberti. O algo así dicen, creo, en sus sesudas críticas. Sin embargo, dada mi relación de amor con Roma (soy su amante, no su marido; es cuento largo), he de reconocer que este librito de versos es, para mí, el más entrañable de Alberti. Quizás porque no puedo pasar por Via Garibaldi, 88 sin recordar a Rafael cojeando de los dos pies por el Trastevere, quizá porque sintonizo con el mensaje último del libro (esa Roma caótica que no sale en las guías de viaje) o quizá porque hay versos del mismo que me han marcado ("Quiero perderme en medio de tu aliento,/ ser aire popular entre tus aires", y tantos otros; ese gato-hijo que imagino en Largo Argentina). A lo mejor me sucede lo que a su extraviada paloma, que se equivocaba, y esos críticos sabios llevan la razón. Como siempre. Y yo no.
En cualquier caso, poco importa: prefiero sentir a saber. Dejo aquí un poema de dicho libro, "Cuando me vaya de Roma".
Cuando me vaya de Roma
¿Quién se acordará de mí?
Pregunten al gato
pregunten al perro
y al roto zapato.
Al farol perdido,
al caballo muerto
y al balcón herido.
Al viento que pasa,
al portal oscuro
que no tiene casa.
Y al agua corriente
que escribe mi nombre
debajo del puente.
Cuando me vaya de Roma
pregunten a todos por mí.
Huyendo cuando el alma está rota, hace que uno busque el hilo y la aguja donde todo está perdido, muerto o herido; donde corran el agua y el viento, que traspasan intentando purificar, o borrar y reiniciar; donde se haye lo oscuro y lo vacío.
ResponderEliminarEsto es lo que a mi me sugiere. Alberti pide que pregunten a éstos, que son quienes los han conocido.
Con los críticos sabios, ya se sabe: "A galopar, a galopar hasta..."
... hasta Dios sabe dónde. El viaje puede ser loco, pero el viajero debe estar cuerdo, que escribió Chesterton, si la memoria no me falla.
ResponderEliminarBienvenido, Dani, GRACIAS por venir.
Antonio