viernes, 5 de agosto de 2011

Desengaño anunciado del bolchevique sentimental

Alguna vez escribí una serie de poemas titulada "Cuaderno poético del bolchevique sentimental", en el que me planteaba poéticamente acerca de esa pretensión de cambiar el mundo que todos hemos tenido alguna vez o tenemos, depende de si se ha superado la gripe o no, y acerca de si eso es posible (aquello fue publicado por la Diputación Provincial de Málaga en un libro colectivo titulado "Paradojas poco ortodoxas", en el año 2004).
El último de dichos poemas es el que sigue, no sé si metafísico, pesimista o, por qué no, cobarde.



“Se me han cansado los ojos
de mirar y los oídos
de escuchar, y el alma toda
se me cansa en los sentidos.
El corazón se me cansa
de latir siempre lo mismo.
Se me cansa de soñar
el pensamiento dormido”
(José Bergamín, “Apartada orilla”)


Desengaño anunciado del bolchevique sentimental

¿Hasta cuándo seguiré
apoyando apasionadamente revoluciones
para después disentir, porque aquello que vino
no era
eso que yo pretendía?
(no se modificó nunca la mentalidad de los hombres,
nada bueno podíamos construir).
¿Hasta cuándo levantando banderas rojas
para que otros administren la Victoria?
¿Cuándo asimilaré que el hombre
no tiene remedio?

4 comentarios:

  1. ¿Cuándo la ignorancia y la comodidad del no-pensar dejará de ser pasto de este rebaño? ¿Cuándo el Lobo será visible, para las miles de ovejas, tras ese disfraz? ¿Cuándo los medios de manipulación podrán ser nombrados con razón por el pseudónimo que gastan?
    Todos nos cansamos... Pero la indiferencia es un aro por el que no deberíamos plantearnos pasar. ¿Qué nos queda? Indignarnos e intentar despertar mentes dormidas. Cada uno a su modo.

    Un barazo.

    PD: Te dejo aquí (aunque no sea exactamente el tema, tiene relación) lo que un amigo decía en una de sus canciones para ver la realidad política actual. Letra con la que más de uno estamos de acuerdo:

    "Hoy la intención compró un buen disfraz, de un juego que es el de seducir a la infiel verdad. Teatro absurdo que adultera el mensaje, virtuosa representación de un inútil brillante.
    El ritual de la repetición, la ciencia de la insistencia subestima nuestro gran valor. Hoy la política es el arte de hacernos ver que aquí no hay nada que ver.
    Se avecina un derroche de retórica, un desfile de oratoria gubernamental. No hay respuestas, no preguntes, déjate drogar por otra versión oficial.
    La estética de la oración, mil palabras que encuentran su imperio en nuestra distracción. Arde tu dignidad y quemas la nuestra también, y aquí esperamos un nuevo gramo de mierda, Traficante de promesas..."

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  2. Lo importante no sé si es ofrecer respuestas (y menos en un poema..., esto es cuento largo que a lo mejor un día tratamos, depende de cómo me levante ese día), sino plantear las preguntas.
    Los profesionales de la cosa pública ya tienen respuesta para todo, sobre todo para los problemas artificiales que fabrican.
    Al creador le queda... estar atento. ¿Cuando hay fuego el creador debe conformarse con llamar a los bomberos, como planteara Umberto Eco? Tabucchi no estaba de acuerdo, Dios se abstiene y... yo me lo pensaré, por si acaso.

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  3. Me identifico con tus palabras José A., yo también siento ese cansancio y pienso en la renuncia a cualquier precio. Uno se cansa de ese mensaje repetitivo y vacío, y que el rebaño repite como loros amaestrados, sin cesar, su charlas vomitivas, y sus pensamientos tan estrechos, hechos, moldeados por los entes que nos vende una mentira con cara de certeza, una esperanza que ellos modelan, que ellos adiestran para lanzarla como arma contra los mismos a los que hipnotizan como ovejas, siniestras ovejas que van rumbo al matadero elogiando el afilado cuchillo de su matarife engominado, como las victimas que idolatran a su verdugo que hacha en mano sonríe para descoyuntarlos, sumisos, temerosos y obedientes...
    "Las visiones de Simone Marchard" de Bertolt Brecht, nos pone los pelos de punta.

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  4. Gracias por unirte a este vecindario semifantasmal, amigo Salvador,
    un abrazo y... seguimos pensando y, si somos capaces, creando,

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